LA PAZ.- El gobierno interino de Bolivia quiere que Israel ayude a las autoridades locales a combatir el “terrorismo”, manifestó ayer a Reuters el ministro del Interior, al denunciar complots del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y de otros líderes de izquierda para desestabilizar a los gobiernos regionales.
“Nosotros los hemos invitado a que nos ayuden. Están acostumbrados a tratar con terroristas, saben tratarlos bien. Y nosotros lo único que queremos es darle la paz a la ciudadanía”, explicó Arturo Murillo.
El funcionario dijo que la policía boliviana investiga a izquierdistas radicales presuntamente vinculados con Maduro y a narcotraficantes que, según el Gobierno, instigaron disturbios mortales en el país luego de que el ex presidente Evo Morales renunció el mes pasado.
Estaba previsto que Morales terminara su tercer mandato en enero, pero enfrentó semanas de protestas luego de una elección que ganó bajo acusaciones de fraude electoral. Él atribuyó su caída a un golpe de Estado después de que las fuerzas de seguridad le retiraron su apoyo.
Giro a la derecha
El gobierno interino de la presidenta Jeanine Añez, una ex senadora opositora de Morales, ha girado bruscamente la política de Bolivia hacia la derecha.
Añez fortaleció la posición de la derecha religiosa, reanudó fuertes lazos con Estados Unidos e Israel y envió de vuelta a sus países a cientos de médicos cubanos y diplomáticos venezolanos.
Su gobierno también ha creado unidades de policía para llevar a cabo operaciones antiterroristas. Imágenes de televisión transmitidas en los medios locales han mostrado a la policía con máscaras y con armas en sesiones de entrenamiento.
La semana pasada, el gobierno llegó a una serie de acuerdos con líderes de protesta para “pacificar” a Bolivia luego de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y los partidarios de Morales que mataron a unas 30 personas.
Plan de viaje
Murillo acusó a Maduro, un aliado cercano de Morales, de financiar disturbios en toda la región, sin proporcionar evidencia. También dijo que planea viajar a EEUU para establecer “conexiones” para intercambiar información.
El gobierno de Maduro ha calificado los cargos como infundados.