Lejos de festejar por la victoria de su equipo y lejos de salir a divertirse como cualquier persona, un sábado a la noche. Cerca de un médico y de -increíblemente- perder su pierna derecha. Así estuvo Leandro Díaz luego del partido ante San Lorenzo en el que tuvo que salir por lesión.
Por estas horas, trascendió que si el jugador no se sometía a la intervención quirúrgica que se le practcó el domingo a la madrugada, el músculo afectado podría haberse necrosado, obligando así a la amputación de parte de su pierna. Así lo confirmó José Luis Saab, jefe del departamento médico “decano” y el principal responsable de que ninguna de esas nefastas suposiciones se haya hecho realidad.
¿Pero cómo y en qué momento una lesión pudo transformarse en algo así? Todo comenzó con el durísimo choque que le propinó Ramón Arias (el mismo del codazo a Javier Toledo), minutos después de que el “Loco” convirtiera su gol.
“Fue un traumatismo muy grande y le ocasionó un gran proceso inflamatorio. Eso aumentó la presión en el músculo -el muslo derecho- y se generó lo que se llama un síndrome compartimental”, explicó Saab. “Tuve que actuar rápidamente para descomprimir eso, porque si no lo hacía, podía provocarse la muerte del músculo -necrosis- e incluso problemas renales”, agregó el facultativo.
Este síndrome consiste precisamente en el aumento severo de la presión en un músculo. Saab temía que fuera eso lo que Díaz padeciera cuando vio la hinchazón que sufría el músculo y el dolor intenso que acusaba el jugador. No fue casualidad verlo salir en muletas del estadio. Ese dolor y esa hinchazón no lo dejaban ni siquiera apoyar el pie.
Lo curioso fue que luego del golpe, Díaz pidió seguir jugando y de hecho lo hizo por 10 minutos más hasta que una vez tendido en el piso, Toledo pidió por su reemplazo. En la zona mixta y también con las muletas, Díaz hasta brindó entrevistas con algunos de los medios.
Horas después, Saab ordenó la operación. La pierna no se veía nada bien y acudió junto a Díaz al sanatorio 9 de Julio para realizar la intervención quirúrgica. Una vez realizada (con éxito), el club informó la situación a través de sus redes sociales y la alarma por la “operación de urgencia” comenzó a sonar.
Leandro Díaz deberá hacer reposo absoluto en estos días. De hecho, esta semana no asistirá a ninguno de los entrenamientos del equipo y habrá que ver si lo hace en la última semana de ensayos del año. Es que con el receso tan cerca, quizás lo mejor sea dejarlo reposar hasta las Fiestas y tenerlo fresco de vuelta para 2020. Igualmente, el período de recuperación que fijó Saab fue de dos semanas pero recién para empezar a practicar fútbol.
Después de todo, más allá de tenerlo de vuelta en las canchas, lo más importante para el “Loco” es su salud, algo que entre las últimas horas del sábado y las primeras del domingo, corrió serio peligro.
14 días demandará -en principio- la recuperación de Leandro Díaz. El goleador volvería a jugar recién en 2020.