El Gobierno de Brasil fue el primero en reconocer como presidenta de Bolivia a la senadora Jeanine Áñez, quien se autoproclamó jefa de Estado en una sesión sin quórum del Congreso boliviano tras la renuncia del presidente Evo Morales y el vicepresidente Alvaro García Linera, quienes denunciaron un golpe de Estado y se marcharon al exilio en México. Luego, se sumaron a Brasil los gobiernos de EEUU y del Reino Unido.
En tanto, la autoproclamada presidenta interina dio su primer mensaje a la población, y pidió por la pacificación y aseguró enfáticamente: “no aceptaré otra salida que no sean las elecciones democráticas”.
Áñez resaltó en el mensaje que su labor en el cargo transitorio es la de restituir la paz y llamar a nuevos comicios lo antes posible. “Mi misión es llamar, tal como lo estable la Constitución, a unas elecciones limpias y transparentes con todos los actores políticos que cumplan con lo necesario lo más antes posible”, señaló.
También precisó que además de convocar a elecciones, el otro objetivo de su Gobierno será la derogación de la sentencia constitucional que permitió que Evo Morales sea candidato a un cuarto mandato.
“Este mandato presidencial de carácter estrictamente provisional tendrá esos dos objetivos fundamentales: la derogación de la sentencia inconstitucional 0084/2017 de 28 de noviembre de 2017, y la convocatoria a elecciones generales en el tiempo más breve posible”, remarcó ante la prensa.
Áñez hizo un llamado a todos los empleados públicos para que vuelvan a sus funciones para la normalización de los servicios y las actividades públicas. Manifestó que todos los cargos públicos deberán ponerse, sin excepción, a disposición del nuevo Gobierno.
Luego, la senadora-presidenta puso en funciones a la nueva cúpula militar. El comandante en jefe de las FFAA, Williams Kaliman, quien había pedido a Evo que renuncie, fue reemplazado por Pablo Arturo Guerra Camacho.