CIUDAD DE MÉXICO.- El depuesto presidente de Bolivia Evo Morales llegó ayer a México en condición de asilado político, y advirtió que “mientras tenga vida” seguirá actuando en política y aseguró que el “golpe de estado” que terminó con su gobierno no le hará cambiar su postura ideológica.
“México me salvó la vida”, dijo, poco después de tocar suelo en el aeropuerto Benito Juárez, adonde llegó después de un accidentado viaje en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana, acompañado por el ex vicepresidente Álvaro García Linera y una pequeña comitiva.
En tierra lo esperaba el canciller Marcelo Ebrard, quien le dio la bienvenida en nombre del presidente Andrés Manuel López Obrador y el pueblo mexicano.
“Aquí gozará de libertad, seguridad e integridad, las causas que nos animan”, apuntó Ebrard, pieza vital en las gestiones para que Morales consiguiera el asilo. Apenas bajó del avión, Evo ratificó que fue víctima de un “golpe de Estado político cívico, al que se sumó la policía nacional”. “Para que no haya más sangre, hemos decidido renunciar”, añadió.
Un encargado de su seguridad le mostró mensajes con ofertas de 50.000 dólares para capturarlo, el día anterior al de su forzada renuncia. “Si algo de delito tengo, es el de ser líder indígena”, afirmó.
Ebrard explicó que cuando Morales, quien renunció el domingo, asediado por policías y militares, aceptó la oferta de asilo, se envió un avión de la Fuerza Aérea mexicana. El operativo fue “como un viaje por la política latinoamericana y cómo se toman las decisiones y los riesgos que se corren”, dijo.
En la ida, Perú otorgó la autorización de vuelo y el avión bajó a recargar combustible y a lograr que Bolivia aceptara que el avión mexicano entrara en su país. Hicieron un primer intento de vuelo a Bolivia pero les dijeron que el permiso “ya no era válido”.
Tras esperar en Lima varias horas, se logró que el comando de la Fuerza Aérea Boliviana les otorgara permiso. “Lo cual dice quién tiene el poder en Bolivia”, opinó. Una vez aterrizado en ese país, donde recogieron a Morales, “el gobierno de Perú dio marcha atrás por razones políticas”, contó Ebrard. “Alrededor del aeropuerto había seguidores de Evo. Dentro, estaban las Fuerzas Armadas de Bolivia”, dijo.
“Las autoridades mexicanas hablaron con Paraguay para que autorizara parada técnica”, gestión que facilitó el presidente electo argentino, Alberto Fernández, quien se comunicó con el presidente paraguayo Mario Abdo Benítez.
Perú autorizó a cruzar su espacio aéreo, pero no detenerse a repostar combustible. Gestionaron permisos con Brasil para cruzar hacia aguas internacionales. Desde Asunción, hubo que rodear Ecuador porque -en vuelo- dijeron que no les permitían cruzar el espacio aéreo, contó Ebrard. (Télam)