Llegaron a la escuela justo antes de que el cielo se desplomara. Los docentes les sirvieron el desayuno a las 8.20 y en ese instante comenzó el desastre. "Se largó una lluvia fuerte y corría mucho viento", contó Susana Gandolfo, secretaria de la escuela 186 Provincia de Tucumán de Finca León Cornet, ubicada en la localidad de Arcadia. Entonces una de las maestras le hizo señas para que se acercara a la puerta. "Me asomé y desde ahí vi que la ruta 328 estaba tapada por el agua", recordó, todavía atemorizada.
Querían mantener la calma para no asustar a los niños, pero los 12 adultos que estaban en la escuela sentían miedo. Gandolfo piensa en ese momento y agradece que todavía no habían llegado los chicos del jardín de infantes, que entran más tarde. "Había 42 alumnos, de entre seis y 12 años", precisó.
No pasó ni media hora hasta que el agua les llegó a las rodillas. "Entre la ruta y la escuela hay un canal, que tampoco se veía. Era tan fuerte la correntada que se estaba llevando los autos de los docentes", contó la secretaria.
Cuando llegó la directora, se encontró con la escuela rodeada por el agua y, al no poder entrar, corrió a pedir ayuda a Defensa Civil y los bomberos. Mientras tanto, el piso comenzó a perderse debajo del agua amarronada que ingresaba cada vez con más fuerza. Y el nerviosismo, a esa altura, era indisimulable.
"Les decía a los chicos que no se preocupen, pero el agua ya les mojaba los piecitos y empezaron a llorar", relató Gandolfo, que analizaba la alternativa de subirlos al escenario para resguardarlos. "Señorita, me hace frío, tengo miedo, me quiero ir, llame a mi mamá", le suplicaban los niños.
La ayuda comenzó a llegar, pero nadie podía aproximarse a la escuela porque el río que se había formado era profundo y peligroso. "En eso llegó una camionetita vieja, que no sé de quién es pero lo quiero averiguar para darle las gracias porque se animó a entrar y cargar a los chicos. Llegó en el momento justo, si demoraba un poquito más no sé qué hubiera pasado", dijo la docente.
En medio del agua, del frío y del llanto desesperado, los maestros trataban de rescatar la comida que tenían para el almuerzo de la semana. Pero no pudieron sacar todo. "No sé todavía hasta dónde habrá entrado el agua, no pudimos sacar todos los alimentos. Llegué a sacar la carne, pero quedaron varios fardos de azúcar en el piso", lamentó.
Gandolfo remarcó que los alumnos son de escasos recursos. "A veces la única comida que tienen es la que les damos en la escuela. Muchos de ellos tienen un solo par de zapatillas y poca ropa, y se les mojó todo", agregó, angustiada.
No es la primera vez que sucede algo así en Finca Cornet. La docente recordó que ya tuvieron una vez "más de un metro de agua dentro de la escuela, hace como dos años". En aquella oportunidad, los maestros hicieron una especie de terraplén "pero hoy el agua se desbordó por todo el campo que tenemos, entraba con fuerza y todo fue en menos de media hora".
Ya seca y en su casa, Gandolfo agradeció a Dios que "estamos todos bien, pero todavía no pasa la angustia, el susto".