SANTIAGO, Chile.- El Congreso Nacional chileno en Valparaíso, al noroeste de la capital, Santiago de Chile, debió ser evacuado debido a los enfrentamientos en las afueras del edificio, luego que manifestantes intentaran abrir una reja para ingresar al edificio.
Un llamado a salir a las calles de Santiago y de otras ciudades esperaba reunir a miles de personas, al cumplirse una semana del inicio de las protestas contra el modelo económico en Chile que han dejado 18 muertos, miles de detenidos y millonarios daños.
La jornada de ayer arrancó con caravanas de camiones que cortaron el tránsito en las principales autopistas hacia la capital, en una protesta de los transportistas por el costo de los peajes, que en su mayoría administran privados.
La Cámara de Comercio de Santiago registró más de 1.400 millones de dólares en pérdidas, tanto por saqueos y destrucción de negocios como por menores ventas “producto principalmente del cierre forzado de locales y el robo o destrucción de inventarios”.
Según la asociación gremial, hay más de 25.000 locales afectados, de los que cerca de la mitad corresponde a pequeños negocios.
Santiago había recuperado el viernes el servicio parcial de algunas líneas del metro, tras la suspensión completa de sus operaciones cuando se incendiaron decenas de estaciones.
El gobierno decretó un estado de emergencia después de esos ataques. “Está todo difícil. Difícil para tomar locomoción, para todo. Esto tenía que suceder y está bien, pero es difícil llegar aquí, movilizarse”, dijo Sergio Pérez, de 52 años, un vendedor ambulante de frutas en el centro de Santiago.
Las movilizaciones que se iniciaron con un llamado a evadir el pago de pasaje del tren subterráneo, debido a un alza de las tarifas, congregaron después diversas demandas sociales como salud, educación y jubilaciones, en una de las economías más estables pero a la vez más desiguales de Latinoamérica.
El movimiento hasta ahora no ha mostrado un liderazgo claro y las convocatorias se han dado mayoritariamente a través de redes sociales. La de ayer llamaba a unirse a “La Marcha más Grande de Chile”, en una céntrica plaza de Santiago, a poca distancia del palacio presidencial.
Manifestaciones similares se convocaron en otras ciudades de Chile, que está casi en su totalidad bajo custodia militar desde que el presidente Sebastián Piñera decretó estado de emergencia la madrugada del sábado primero en Santiago y luego en muchas otras regiones del país.
Las movilizaciones inicialmente pacíficas de la última semana han derivado en saqueos y violencia, especialmente en los barrios más pobres en las afueras de Santiago. Las protestas han dejado más de 6.000 detenidos y al menos 18 muertos según la Fiscalía, pese al toque de queda que ha regido en la semana. (Reuters-Télam)