El Zoológico del Museo de Historia Natural de París sorprendió el fin de semana que pasó con la exhibición del blob (“masa amorfa”, en español), un ser vivo amarillento y de una sola célula que luce como un hongo pero actúa como un animal. No tiene boca, estómago, ni ojos, pero puede detectar comida y digerirla. Además, tiene casi 720 sexos, puede moverse sin piernas ni alas y se cura a sí mismo en dos minutos si es cortado por la mitad.

Bruno David, director del Museo, confirmó que este organismo pertenece a uno de los misterios de la naturaleza: “nos sorprende porque no tiene cerebro pero es capaz de aprender. Sabemos con seguridad que no es una planta, pero realmente desconocemos si es un hongo o un animal”. “Se comporta de manera muy sorprendente para algo que luce como un hongo: tiene el comportamiento de un animal. Y si fusionás dos blobs, el que ha aprendido le transmitirá su conocimiento al otro”, reveló.

El blob recibió su nombre de una película clase B de ciencia ficción de 1958 protagonizada por un joven Steve McQueen. En ella una forma de vida alienígena llamada así consume todo lo que está a su paso. (Reuters)