CIUDAD DE MÉXICO.- El golpe para detener a un hijo del capo Joaquín “El Chapo” Guzmán fracasó por añejas fallas del sistema de Justicia y por la ejecución improvisada de un operativo, admitió ayer un funcionario mexicano, tras desmentir cualquier tipo de pacto entre el Gobierno y el crimen organizado.
La gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador enfrenta una lluvia de críticas luego de la liberación de Ovidio Guzmán (es uno de los 10 hijos del narcotraficante encarcelado en Estados Unidos), tras ser encontrado y retenido brevemente en una vivienda en Culiacán, en el norteño estado de Sinaloa.
La falta de una orden formal de aprehensión para el joven, solicitado en extradición por Estados Unidos desde 2018, fue clave para cambiar planes a última hora en medio de las balaceras y la violencia que se desató en la ciudad, dijo el secretario de Seguridad, Alfonso Durazo.
“Fue fallido fue el operativo”, dijo en rueda de prensa en Culiacán, cuando le preguntaron si México era un “Estado fallido” y si se había pactado con el crimen organizado.
“No podemos hablar por el retraso de un proceso burocrático de un Estado fallido, por más grave que sean las consecuencias, por la planeación en papel se estimaba que podría conseguirse prontamente una orden de aprehensión”, dijo Durazo. Añadió que el sistema de Justicia ha sido “históricamente deficiente y corrupto”.
El funcionario defendió a López Obrador al decir que el equipo de seguridad sesionó el jueves en la tarde en Ciudad de México mientras el presidente se encontraba en Oaxaca. “Asumimos las decisiones, cualquiera sea la responsabilidad”.
El control
Temprano, y a pesar de las críticas, el presidente Andrés Manuel López Obrador respaldó la decisión de su equipo de liberar a Guzmán, argumentando que no quería una masacre, como ha ocurrido en gobiernos previos. (Ver “No queremos guerra”)
Pero los expertos en seguridad fueron muy críticos.
Gladys McCormick, analista de seguridad de la Universidad de Syracuse en Estados Unidos, dijo en un comunicado que las últimas noticias de México se leen como las de un país en “guerra”.
“Lo que es incontrovertible es que el Cartel de Sinaloa ganó la batalla de ayer”, agregó. “No solo lograron que el gobierno liberara a Ovidio, sino que demostraron a los ciudadanos de Culiacán y al resto de México quién tiene el control”.
“Cristiano y humano”
Abogados de “El Chapo” dijeron que la familia agradece que los soldados que retuvieron a Guzmán no cometieron abusos y aseguraron que no hubo negociación alguna con el gobierno para la liberación.
“Tenemos un presidente humano, cristiano, que finalmente no tomó la decisión de causarle daño a Ovidio”, afirmó José Luis González. Otro letrado dijo que fue el propio López Obrador quien ordenó la liberación porque no había elementos suficientes para la detención formal.
Cunde el miedo
En medio de la captura y posterior liberación de Guzmán, a quien el gobierno de EEUU acusa de delitos de narcotráfico, se desataron fuertes balaceras en varios puntos de la capital de Sinaloa, cuna de “El Chapo” y de otros poderosos capos del cártel.
Desde el jueves, medios y redes sociales dieron cuenta de crudos enfrentamientos entre sicarios, militares y policias. En las imágenes se observaban autos quemados con los que fueron bloqueadas las principales vías.
En trasmisiones en vivo se veía a ciudadanos huyendo de la violencia, muchos de ellos tirados en el suelo para protegerse de los disparos.
Las autoridades informaron ayer que ocho personas murieron por los sucesos, entre ellos un efectivo de la Guardia Nacional y cinco presuntos criminales, pero no descartaban que más de estos últimos hayan sido recogidos por sus compañeros. También dijeron que al menos 50 reos, que escaparon en medio del caos, seguían fugados.
Las clases fueron suspendidas, muchos comercios no abrieron sus puertas y helicópteros sobrevolaban algunas zonas. Durazo dijo que se reforzaría la seguridad, pero no dio detalles.
“Sólo en peliculas”
López Obrador ha reconocido que uno de los principales retos de su gobierno es contener los niveles de inseguridad. En 2018, casi 30.000 personas fueron asesinadas con armas de fuego.
Presionado por las críticas de sus adversarios, el mandatario afirmó que no cambiará su controversial política de seguridad y desestimó que su gobierno sea débil por haber tomado la decisión de liberar a Guzmán.
“Me encontré escenas que sólo había visto en películas. Tengo 34 años viviendo en Culiacán y nunca había visto algo así”, dijo Tomás Guevara, un experto en seguridad radicado en Sinaloa. (Reuters)