Miedo. Eso es lo que genera Jorge Orlando “El Loco” Vera, uno de los prófugos más buscados en la provincia, a los habitantes de Los Pizarro (La Cocha). Desapareció hace más de 12 años, después de matar por venganza a su esposa y sus dos hijos, además de abusar sexualmente de dos de sus hijas. Muchos aseguran haberlo visto merodeando los alrededores del pueblo, pero nada se sabe de él.
Luciano Graneros conoce como pocos esta historia. El hombre cree que durante mucho tiempo Vera realizaba tareas agrícolas y al finalizar la jornada se ocultaba en los montes cercanos. “Me contaron que lo vieron por la zona del río San Ignacio, pero nadie se atrevió a realizar la denuncia por miedo. ¿Cómo no temerle? Mató a su mujer y a dos hijos. ¡Pobres almas!” exclamó. Otros, entre ellos su hija Nancy, aseguran que el prófugo se convirtió en un “curandero rural”, que trabaja recorriendo pequeñas poblaciones del sudeste tucumano. “Me dijeron que cura varios males y que vive de eso”, apuntó la mujer.
El fantasma del temible asesino mantiene en alerta a los vecinos de Los Pizarro. Sus parientes temen que regrese algún día para concluir su venganza. “El Loco” Vera comenzó a escribir su leyenda el 13 de junio de 2007. Ese día salió de la cárcel con un permiso extramuros concedido por un juez de la Cámara Penal II y protagonizó uno de los casos más recordados en la provincia: mató a balazos y cuchilladas a su esposa, Olga Zamudio (48 años) y sus hijos Jorge Luis (18) y Gustavo Antonio (22). Los ejecutó con saña y frialdad en la propia casa de la familia.
Cuando atacó a su familia, Vera cumplía una condena por abusar sexualmente de dos de sus hijas. Durante el juicio, declararon en su contra su esposa, sus hijos y una docente, entre otros testigos. Cargado de rencor, en varias ocasiones les hizo saber que iba a vengarse por lo que le hicieron. Olga puso en conocimiento de la Justicia las amenazas que le enviaba desde la cárcel. Por ese motivo le impusieron una restricción de distancia que burló cuando cometió el triple asesinato.
Recompensa
Desde hace más de cinco años se ofrece una recompensa de $500.000 para quienes brinden datos fehacientes sobre el paradero de Vera. Desde entonces se recibieron informaciones que resultaron falsas. “Fueron innumerables”, afirmó la entonces fiscal Norma Tasquer.
Ninguna de las pistas llevó a buen puerto. Hasta hubo allanamientos en Buenos Aires. “No creo que logren capturarlo”, sostiene Nancy. La joven tiene seis hermanos, todos hijos de Vera. “¿Cómo se explica que lo hayan dejado salir cuando mi mamá se la pasaba en tribunales denunciando las amenazas de muerte que recibía de mi padre? Ella confió en la Justicia. Y la Justicia confió en él al permitirle salir para matar” apuntó.
Nancy vive con sus hijos en la misma casa donde “El Loco” cometió su despiadado triple homicidio. “No tenemos paz. Al no saber si está vivo o muerto vivimos con miedo. Se comenta que anda merodeando por la zona. Una señora me dijo que ahora es curandero. Pero no tenemos certezas” confió.
“En la cárcel ya se presentaba como curandero. Al parecer curaba los dolores de muela, empachos y otros males. Me dijeron que recorre pueblitos que están en el límite con Santiago del Estero ejerciendo su oficio” comentó Juan Juárez, otro vecino atemorizado.
Don Luciano tiene mucho para contar sobre el caso. Recuerda que después de cometer el triple homicidio, Vera permaneció oculto algunas horas en una alcantarilla que pasa por el pueblo. En ese lugar, la policía encontró elementos de su pertenencia. “Ese domingo, cuando cometió los crímenes, su hijo Gustavo estuvo conmigo ordeñando vacas. Me pidió dos litros de leche porque quería comer arroz con leche. El plato quedó servido en la mesa. ‘El Loco’ lo sorprendió antes de que alcanzara a dar su primer bocado. En el interior de la vivienda quedaron tirados su cuerpo, de su madre y del hermano. No me quiero ni acordar de ese hecho. Se me estremece el cuerpo. Uno no alcanza a entender tanto salvajismo”, señaló.
En Los Pizarro todos ruegan que Vera no aparezca más por el pueblo. Saben que mientras la Policía no lo capture, seguirá siendo una amenaza para los parientes y vecinos.