La batalla verbal entre Nación y provincia tuvo un primer round el viernes por la noche al inaugurarse oficialmente la Expo Tucumán que hoy llega a su fin. Pero continuó lejos del atril, en las declaraciones de los funcionarios nacionales y tucumanos que avivaron la polémica a menos de un mes de las elecciones presidenciales, a cuatro domingos de las generales. Luis Miguel Etchevehere dijo que, en esa compulsa electoral, está en juego dos modelos de país: “aquel que sentó las bases y la estructura para la apertura de más mercados, como lo hizo y lo hace la gestión actual, y otro se cerró al mundo” como el kichnerismo, dijo el ministro de Agroindustria de la Nación en la entrevista que le concedió a LA GACETA.
- ¿De quién es el logro de que haya nuevos mercados para las economías regionales, como el caso del limón o de los arándanos?
- Del Gobierno nacional, del presidente Mauricio Macri que, cuando asumió, planteó que iba a convertir a la Argentina en un supermercado del mundo. A partir de esa consigna, fue un viajero incansable que generó confianza con los líderes más importantes del mundo actual. Esa confianza es un insumo indispensable para empezar la relación comercial. A partir de su impronta, este equipo trabajó para concretar esas aperturas de mercado como el de los limones o el de los arándanos tucumanos; también se arregló el aeropuerto (Teniente Benjamín Matienzo), se alargó su pista y se acondicionó la zona de empaque para toda la fruta fresca que se exporta. Esto posibilitó que se logren nuevos mercados y tenemos mucho más por hacer, porque el mundo quiere tener socios comerciales como la Argentina, que puede garantizarle alimentos durante todo el año.
- Se abrió una polémica acerca de si los planes aplicados por la Nación fueron federales o no...
- Éste fue de los gobiernos más federales que pasaron por la Argentina. Cuando Macri asumió, las provincias no podían prácticamente pagar los sueldos. Ahora tienen más coparticipación, casi todas tienen superávit fiscal, y así debe ser, y manejan sus presupuestos como mejor entienden.
- ¿Cree que la diferencia de votos que hubo en las PASO (entre el Frente de Todos y Juntos por el Cambio) fue producto de la coyuntura económica o fue parte de la sociedad que le dio la espalda a las políticas actuales?
- Eso lo dejemos para los analistas políticos que saben estudiar este tipo de comportamientos, de conductas. La realidad es que fue una interna, pero la que vale es la elección que viene, la del 27 de octubre, que es por los puntos y la que marcará el futuro de la Argentina. Nuestra propuesta es construir el futuro de la Argentina, no el pasado. A partir de los cimientos que hicimos y la base de la apertura y desarrollo de mercados, podemos seguir creciendo y generando empleos en todos los lugares.
- ¿Qué representa una fuerza y qué la otra que polarizan los comicios?
- La nuestra es la de un Gobierno basado en valores, en decir la verdad; en no robar; respetando las instituciones de la república, la Constitución y las leyes, la división de poderes y el federalismo. Esto es todo lo contrario del gobierno anterior que utilizaba el látigo y la billetera para tratar de domesticar a los gobiernos provinciales. El kirchnerismo fue un gobierno que se cerró al mundo, que tuvo la habilidad de pelearse con la mayor cantidad de países que pudo, cerrando y prohibiendo las exportaciones. Como pasó en marzo de 2006, cuando Néstor Kirchner era presidente y Alberto Fernández su jefe de Gabinete y cerró las exportaciones de carne. Por culpa de eso, perdimos 12 millones de cabeza y se cerraron 130 frigoríficos. En 2011, a su vez, tuvimos la peor siembra en 150 años. No queremos volver a eso. Quedó demostrado que, cuando se hizo lo contrario a eso, Argentina expresó su potencial con 150 millones de toneladas de granos, reapertura de frigoríficos, más infraestructura para exportar como las de los arándanos y limones y nuevos mercados abiertos. Esa son las oportunidades que queremos aprovechar a partir de hacer un gobierno serio y transparente; sin robar y sin mentir. Y las cosas que no nos salieron bien, las admitimos; no la negamos ni le echamos la culpa a otros. Asumimos la responsabilidad y trabajamos para solucionar esos problemas, como se debe hacer.