NACIONES UNIDAS.- El presidente de EEUU, Donald Trump, denunció ayer la “sed de sangre” de Irán y pidió a otras naciones que se unan a su país para presionar a Teherán tras los ataques contra las instalaciones petroleras saudíes, pero destacó que hay un camino hacia la paz. “Queremos socios, no adversarios”, dijo Trump en un discurso ante los líderes mundiales en la Asamblea General de Naciones Unidas. También dedicó un mensaje a China y su presidente, Xi Jinping, en la que fue su tercera aparición anual en la ONU, al decir que el mundo está observando cómo Pekín gestiona las manifestaciones masivas en Hong Kong, que han generado preocupación sobre una posible represión del gigante asiático.
“La forma en que China elige gestionar la situación dirá mucho sobre su rol en el mundo en el futuro. Todos contamos con el presidente Xi como un gran líder”, sostuvo.
Los ataques del 14 de septiembre sobre Arabia Saudita han sacudido Oriente Medio y han generado alarma sobre una guerra a mayor escala. Trump ha mostrado moderación ante la crisis, evitando represalias militares, al menos por ahora.
“Todas las naciones tienen el deber de actuar. Ningún gobierno responsable debería subsidiar la sed de sangre de Irán. Mientras continúe el comportamiento amenazante de Irán, las sanciones no se levantarán, se endurecerán”, advirtió Trump.
El mandatario republicano instó también a sus aliados en el Golfo Pérsico a normalizar las relaciones con Israel para provocar un contrapeso regional al poderío de Irán.
Pensando en 2020
Buscando mejorar su imagen entre los estadounidenses antes del inicio de una dura batalla por la reelección el próximo año, Trump buscó dar un mensaje tranquilizador para calmar la inquietud de los votantes sobre su tendencia a la retórica incendiaria.
Trump ofreció un mensaje más moderado en comparación con sus discursos anteriores en el organismo mundial en 2017 y 2018, aunque subrayó que el ejército de Estados Unidos sigue siendo el más poderoso del mundo.
No obstante, fue duro con Irán y sus líderes, en momentos en que el presidente de la república islámica, Hassan Rouhani, también se encuentra en Nueva York para asistir a las actividades de la ONU, en medio de especulaciones sobre si podrían reunirse para limar sus diferencias.
Rouhani se encontraba en su hotel neoyorquino, no en la ONU, durante el discurso de Trump.
En declaraciones a la prensa el martes, Rouhani dijo estar abierto a discutir pequeños cambios o enmiendas al acuerdo nuclear de 2015 entre Irán y seis potencias mundiales si Estados Unidos levanta las sanciones impuestas a su país.
Teherán ha sido ampliamente responsabilizado por los ataques contra Arabia Saudita, pero ha negado su participación. La semana pasada, Trump endureció las sanciones económicas contra Irán y ordenó enviar más tropas estadounidenses a Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, en una muestra de apoyo a sus aliados en la volátil región. (Reuters)