Hoy hay festejo por partida doble: el estreno de la obra de clown “Ai Ai Ai”, de Ayelén Ormaechea con dirección de Julieta Daga tendrá lugar en un nuevo espacio para el arte y la cultura, El Atelier, administrado por Ignacio Hael. Por estos dos motivos, es día de celebración para el teatro tucumano.
La actriz se transforma en su personaje Pandora, que desarrolla una historia de un amor frustrado con clima y estética oriental. “Comencé a trabajar en la obra en mayo del año pasado, en un taller en Espala que se llamaba “Tragedias humanas”, dirigido por Eric de Bont. La premisa era crear números payasos con temáticas que nos conmovieran mucho, y pensé en la soledad, el amor, el desamor, el abandono… Lo difícil no era elegir algo, sino encontrar la manera de llevarlo a escena, transformarlo en algo poético que permitiera reírnos de lo más doloroso. Cuando volví a Tucumán empecé a soñar con estrenarlo, pero me costó volver a poner el cuerpo, tenía miedo y no sabía para donde disparar. Reencontrarme con Daga fue un alivio y un regalo para concretarlo”, le confiesa a LA GACETA.
- Con diferentes grafías, el fonema elegido de título puede significar distintas cosas. ¿Cuál de todas es la tuya?
- En la obra aparece un personaje japonés que habilita el juego sobre el universo oriental, cuya cultura, danzas y entrenamientos físicos me resultan muy interesantes, como sus formas de hablar o el pliegue y despliegue del origami, entre otras. Algo de ese armado y desarmado oriental aparece. Ai, por ejemplo, significa amor. Al enterarme, supe al instante que esa palabra tenía que estar y me disparó una pregunta: ¿cómo podía ser que en nuestra cultura decir ay refiriese al dolor y que del otro lado del mundo significara amor? Es una excusa para divertirme, jugar y hablar de ciertos temas desde una gran inocencia.
- ¿Qué es el amor para Pandora?
- Todo lo que la pone contenta y sensible, un estado feliz y sensual que la despierta para jugar, la activa y motoriza para permanecer en escena en relación con el público, que la ilusiona, que la moviliza por dentro. Ella es muy ingenua y enamoradiza.
- En la obra hablás de coinjuros mágicos para mantener vínculos que no sean efímeros. ¿Cómo se lo logra?
- No lo sé. Está bueno reflexionar sobre los tipos de vínculos que se construyen ahora. ¿Qué premisas hemos heredado de nuestros padres y abuelos, de todo eso de lo romántico que aparece en las películas, en los cuentos, en la tele? ¿Con qué nos quedamos y cómo construimos o deconstruimos los lazos? Estamos sobreestimulados con mensajes por todas partes. Hay que romper los mandatos, ir en contra de lo instaurado, repensarnos, replantearnos... En ocasiones hacemos cualquier cosa por estar acompañados, a costa de fracasos o de mucho vacío, porque no nos bancamos la soledad. Otras veces, cuando nos tomamos tiempo para estar solos o para amar, triunfamos. Poder permanecer en cualquiera de los dos estados es un triunfo.
- ¿Qué es el clown?
- Un camino de ida. No sé bien si es un personaje que yo invento desde lo que soy o una extensión de mí misma, de lo que oculto o de lo que me excede. Cuando habilito mi ser payasa, entro a un lugar donde siento que todo es posible y no tengo límites, que puedo decir verdades duras desde la ternura, que hago un trabajo sobre el mundo, como si yo estuviera paseando dentro de una poesía. Te permite sacarme todos los miedos para moverte con total libertad y desechar los prejuicios, es una manera de abrir el corazón al universo, no saber nunca muy bien que va a pasar, ni siquiera con esta historia de Pandora.
DEBUT
• A las 22 en El Atelier (avenida Mate de Luna 2.930).