BUENOS AIRES.- Gustavo Alfaro ya comenzó a trabajar con la mira puesta en el Superclásico del domingo. Las lesiones de Ramón Ábila y de Eduardo Salvio durante el partido que Boca empató con Liga de Quito le dejaron un sabor amargo al entrenador, a pesar de haber logrado la clasificación a las semifinales de la Copa Libertadores.
El que sacó la peor parte fue “Wanchope”. El delantero tiene una avulsión parcial del aductor derecho (desgarro con desprendimiento parcial del músculo) y tendrá para un mes de recuperación, por lo que tampoco llegaría al partido de ida de la semifinal copera, prevista el 1 de octubre.
Este es el cuarto desgarro de Ábila desde que llegó a Boca, en enero de 2018. El primero fue en noviembre de ese año en el sóleo derecho; el 30 de marzo pasado se lesionó el aductor derecho; y el 12 de mayo el izquierdo.
El reemplazante para el domingo será Franco Soldano, que llegó semanas atrás desde el fútbol griego como la última incorporación.
Lo del “Toto” Salvio es menos grave. Sufrió un desgarro de grado uno en su isquiotibial izquierdo y tendrá al menos tres semanas de reposo. Por ahora no se sabe quién ocupará su lugar el fin de semana: una posibilidad es la presencia de Sebastián Villa. Otra variante se daría si el entrenador se decide por un volante, que podría ser Daniele De Rossi, y pasaría entonces Nicolás Capaldo a la derecha; o si ingresaría Emanuel Reynoso, quien jugó en esa posición ante Banfield y no anduvo bien. (Especial-Télam)