Jorge Roberto Hernán Lacunza estaba de vacaciones en Cerro Bayo, Neuquén, cuando sonó su teléfono. No era su jefa, la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal. El llamado provenía de la Casa Rosada. El economista regresó lo antes que pudo a Ciudad de Buenos Aires. Una cita con el presidente, Mauricio Macri, lo esperaba. Así, mientras se confirmaba la salida de Nicolás Dujovne del Ministerio de Hacienda de la Nación, tomaba fuerza la llegada a ese cargo.
Lacunza, titular de Hacienda del Gobierno bonaerense, asumirá la posta luego de una semana signada por una crisis financiera y política para la administración macrista. Tras el abultado resultado obtenido por la fórmula peronista Alberto Fernández-Cristina Kirchner en las PASO, se registraron subas en el dólar y en el riesgo país, entre otros datos negativos para la economía nacional. El martes, el Presidente anunció una serie de medidas. Y fue entonces cuando comenzaron las versiones de que Dujovne dejaría la Nación.
Macri comunicó la implementación de un paquete de medidas anticrisis junto a su compañero de fórmula, el senador nacional Miguel Ángel Pichetto. Surgió entonces la pregunta: ¿por qué no estaba junto al jefe de Estado su ministro de Hacienda? Con el correr de los días se sumaron indicios de que el ex columnista de diarios y de TV estaba disconforme con las decisiones de Macri. Al parecer, consideraba que las medidas de emergencia iban en contra del acuerdo firmado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En rigor, Dujovne había sido una figura clave para que la Nación recibiera asistencia financiera de ese organismo. De hecho, fuentes del FMI habían dado a entender a medios nacionales, como Infobae, que el ahora ex ministro podía dar un portazo, y que hasta no tener definiciones sobre el futuro de esa cartera, el equipo técnico que tenía prevista una visita al país para esta semana iba a suspender el viaje hasta nuevo aviso.
“Querido Mauricio”
Dujovne presentó la renuncia al Presidente por escrito, en una nota que no tenía fecha adjunta y que llevaba membrete del Ministerio de Hacienda. Quizás debido a la familiaridad con Macri, redactó el texto tuteando al mandatario nacional. “Querido Mauricio”, comienza la misiva. El relato no alude a las medidas financieras recientes, pero expresa razones de su alejamiento. “Lo hago convencido de que, en virtud de las circunstancias, la gestión que liderás necesita una renovación significativa en el área económica. Considero asimismo que mi renuncia es coherente con la pertenencia a un Gobierno y espacio político que escucha a la gente, y que actúa en consecuencia”, manifestó Dujovne en la nota al Presidente.
El ex funcionario consignó lo que, a su criterio, forma parte del saldo positivo de su gestión. “Hemos tenido logros en la reducción del déficit y del gasto público, en la reducción de impuestos distorsivos en las provincias, en recuperar el federalismo”, destacó. Y agregó: “también, sin dudas, hemos cometido errores, que nunca dudamos en reconocer e hicimos todo lo posible para corregir”. Casi al cierre, el ex ministro manifestó un anhelo al jefe de Estado. “Espero que nuestro querido país pueda finalmente torcer un rumbo de décadas de fracasos y alcanzar el objetivo del desarrollo económico y de eliminación de la pobreza”, señaló Dujovne, antes de transmitir sus “palabras de agradecimiento” hacia Macri y de despedirse del Presidente con “un fuerte abrazo”.
Visita clave
Las conjeturas y expectativas en el ámbito financiero tienen que ver con el estilo que adoptará el equipo de Hacienda del gobierno de Macri.
Argentina mantiene un programa crediticio de 57.000 millones de dólares, girados por etapas por el FMI. Está previsto que el 15 de septiembre el organismo internacional lleve a cabo una nueva revisión del acuerdo -la última había sido en julio pasado-. Esta misión va de la mano con la habilitación de un giro de 5.000 millones de dólares, enmarcados en el préstamo global. En la semana que pasó surgieron dudas sobre la visita de los auditores del Fondo Monetario al país, algo que había encendido las alarmas en la Casa Rosada.
Uno de los interrogantes centrales es si el Presidente había comunicado al FMI las medidas anunciadas para “aliviar” a la ciudadanía tras el impacto inflacionario que ya mostró la escalada del dólar en distintos rubros, como los alimentos y la tecnología. Muchas de las decisiones adoptadas por el Gobierno implican un aumento en el gasto público, como la entrega de un bono por única vez para los trabajadores del Estado nacional; otras medidas significarán una caída en los ingresos de las arcas federales, como la eliminación del IVA en los productos de la canasta básica y el plan de facilidades de pago para Pymes que adeudan compromisos ante AFIP. Una de las claves del acuerdo con el FMI es el déficit primario cero en las arcas de la Argentina.
› El Ministro que llega
Jorge Roberto Hernán Lacunza, de 49 años, nació en Ciudad de Buenos Aires, se recibió de Licenciado en Economía en la UBA y efectuó un posgrado en Economía en el Instituto Torcuato Di Tella. Por su perfil académico, ofreció un importante número de conferencias en el país y en el exterior (Brasil, Estados Unidos, Países Bajos, Puerto Rico, Uruguay, Italia, Bélgica y Chile, entre otros). Entre 2002 y principios de 2005 se desempeñó como Director del Centro Economía Internacional. Se sumó más tarde al Banco Ciudad, primero como economista jefe, y luego -con Mauricio Macri como jefe de Gobierno- ascendió a gerente general (2013-2015). Casado, padre de dos hijos, asumió como ministro de Economía de la Provincia de Buenos Aires tras la llegada de María Eugenia Vidal a la Gobernación, el 11 de diciembre de 2015.
› El ministro que se va
Nicolás Dujovne, de 52 años, es oriundo de Buenos Aires; se formó como economista en la UBA y en la Universidad de California, y realizó un posgrado en la Universidad Torcuato Di Tella. A finales de la década de 1990 se desempeñó en el equipo de Hacienda del ex presidente Carlos Menem; luego, entre otras ocupaciones, trabajó en entidades financieras locales y extranjeras. En 2012 se incorporó al bloque de asesores de la Unión Cívica Radical en el Senado. Más tarde fue columnista y conductor en televisión. En enero de 2017 dejó los medios para sumarse al gabinete de Mauricio Macri. Tomó la conducción del equipo económico de Cambiemos, y fue uno de los voceros del Gobierno nacional en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional. Oficializó su renuncia ayer, por escrito, tras la crisis económica y el anuncio de medidas de la Nación.
Punto de vista I
Un volantazo tardío
Por Juan José Villalón / historiador y politólogo
El cambio en el Gabinete es necesario pero tardío. Es un volantazo de última voluntad, porque Macri podría haber evitado esta crisis si hubiera hecho todos los cambios necesarios al inicio de su mandato o después del recambio parlamentario de 2017, cuando tenía la fuerza y la legitimidad de ejercicio que le otorgaban los triunfos electorales.
Si bien no había manera de evitar el ajuste debido al altísimo déficit fiscal, el presidente debería haberlo hecho antes y con otro tipo de ministro. Dujovne le aseguraba una transición blanda que no era viable a largo plazo, aunque tampoco está demasiado claro si las restricciones democráticas le habrían permitido emprender el ajuste desde el principio.
Sin embargo, lo cierto es que ante el desafío que afronta el Gobierno no puede haber otra respuesta que un recambio ministerial. Pero la pregunta es: ¿únicamente Dujovne? ¿No era necesario un movimiento más amplio en el Gabinete? ¿No se tendrían que haber ido otros ministros? Con razón o no, Peña está seriamente cuestionado. Y con Peña también está seriamente cuestionado Macri, porque no está claro quién es el que toma las decisiones. Entonces un verdadero gesto de fortaleza presidencial habría sido sacar a Peña antes que a Dujovne, o junto con Dujovne.
En consecuencia, la salida de Dujovne llega tarde, es insuficiente y muestra debilidad. Evidentemente lo que ha sucedido es que el Gobierno primero ha calculado mal los plazos del ajuste y después ha quedado a contramano del resultado de las primarias, porque ellos esperaban llegar con un margen mucho más chico a la elección de octubre. Entonces habría que preguntarse para qué sirven las PASO. Estas elecciones, que eran absolutamente innecesarias porque los candidatos a presidente estaban definidos, han desestabilizado el país.
Otra cuestión es la de la gravedad de esta crisis. ¿Hay parangón con el 2001? Pienso que no, porque en el 2001 había una crisis de sucesión que hoy no existe. Había renunciado el vicepresidente, cosa que en esta ocasión no ha pasado, y después cayó el presidente y no quedó nadie para reemplazarlo.
Ahora, en cambio, hay una crisis económica y de gestión desencadenada por una elección primaria en la que no se ha elegido nada. Por eso creo que hay que revisar seriamente la cuestión de las PASO.
Punto de vista II
La incomodidad, el detonante
Por Pablo Pero / licenciado en Economía; director del IPEC
Me parece que Nicolás Dujovne se debe haber sentido incómodo, porque él era la cara visible y responsable ante el acuerdo del FMI. Él era el nexo entre el FMI y la política económica del Gobierno. Entonces el Gobierno, al empezar a gastar un poco más y al tener una política un poco más expansiva, que puede no ir necesariamente de la mano de lo que el FMI pretendía, seguramente que a él le generaba cierta incomodidad porque estaba su palabra comprometida. Personalmente creo que debe de haber sido esa la situación, a pesar de que estamos hablando en el aire porque no hay detalles muy finos sobre cómo está el Gobierno haciendo el cambio de partidas para ejecutar esa política fiscal, en la que disminuye algunos impuestos y aumenta la transferencia de fondos a las personas. A simple vista uno podría pensar que hay cierta incomodidad de Dujovne ante estas políticas, pero tal vez inclusive se pueda cumplir con lo acordado por el FMI.
Por el lado político, si le preguntás a alguien que no esta muy metido en cómo viene la toma de decisiones adentro del Gobierno te diría que pensaría seguramente que la política económica estaría a cargo del ministro de Economía o de Hacienda. Que Dujovne era el responsable de la política económica. Desde el punto de vista electoralista se explica el cambio porque es una señal del Gobierno con la que le dicen a la gente ‘miren, queremos cambiar la política económica’, y sacan a quien la gente entiende que era responsable. Aunque quizás él no era un decisor sino un ejecutor de la política económica.
Excediendo a lo electoral, sin embargo, si uno lo sigue un poco a Hernán Lacunza, que será el reemplazante y que fue el ministro de Economía de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires, sí es verdad que Lacunza es un poquito más heterodoxo, mas dispuesto a no seguir la ortodoxia económica tan al pie de la letra. Eso se vio en las decisiones políticas de Vidal, cuando el Gobierno decidía ajustar a fondo, Vidal ajustaba al 80%. Tenía más políticas de expansión que el Gobierno nacional. Más allá de la cuestión electoralista, también es que de fondo Lacunza está más dispuesto a pensar ese tipo de políticas. A su vez debe tener más libertad para hacerlo porque Dujovne de seguro se sentía incómodo por tener el compromiso con el FMI y no poder hacerlo tranquilo.