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› La odisea de los giles
DIRECCIÓN: Sebastián Borenzstein. AÑO: 2019.
GÉNERO: thriller. ORIGEN: Argentina. CON: Ricardo Darín, Luis Brandoni, Chino Darín, Rita Cortese, Verónica Llinas y Carlos Belloso. DURACIÓN: 116 minutos. CALIFICACIÓN: apta para mayores de 13 años.
Ricardo Darín se acercó a la puerta y encendió al máximo sus ojos celestes. “Mirá vos de lindo que está”, exclamó sonriendo al señalar el cartel. No era uno cualquiera: ilustraba una escena de “La odisea de los giles”, la segunda película que produce junto a su hijo, el Chino Darín, y la primera en la que actúan juntos. El filme se estrena hoy en Tucumán y en más de 400 salas de todo el país, con lo que bate récord para una producción nacional. LA GACETA estuvo en Buenos Aires para charlar con el elenco integrado por estrellas de ayer y de hoy del cine nacional: Luis Brandoni, Rita Cortese, Verónica Llinás, Marco Antonio Caponi, Carlos Belloso y Daniel Aráoz.
“La odisea de los giles” se instala en un pequeño pueblo de provincia de Buenos Aires durante el estallido social del 2001. Cuenta la historia de un grupo de amigos y vecinos que pierde el dinero que había logrado reunir para reflotar una vieja cooperativa agrícola. Al poco tiempo, descubren que en realidad habían sido estafados por un abogado (interpretado por Andrés Parra) y un gerente de banco, que sabían que se venía el “corralito”. Ante la adversidad, los “giles” deciden recuperar lo que les pertenece. “Llegan a la conclusión de que si ellos no hacen algo, nadie va a hacerlo por ellos”, explicó Darín.
La película está basada en la novela “La noche de la usina”, de Eduardo Sacheri. El director, Sebastián Borensztein (entre ambos escribieron el guión), afirmó: “la película tiene la premisa que en el mundo hay giles e hijos de puta”. “A veces uno trata de poner lo mejor de sí, y siente que se aprovechan de la ingenuidad, como le pasa a estos personajes, y todos tenemos un punto de saturación”, dijo el Chino, quien confesó que tiene la “mecha corta”.
Buena relación
Los Darín, que en la película actúan de padre e hijo, aparecieron juntos en el encuentro de promoción. “Hola mamá, mamita querida”, le dijo Ricardo a Brandoni y se fundieron en un abrazo de compañeros de secundaria que se reencontraban tras mucho tiempo.
Las entrevistas insumieron toda la tarde. De tanto en tanto, los actores se tomaban un break de cinco minutos. En uno de ellos, Borensztein le regaló a Cortese un libro de su papá, Tato Bores. “Ay, qué divino. Firmamelo, va a ser un honor”, le dijo la actriz al recibirlo. El hijo del humorista le hizo honor a su ascendencia. “Pero yo tengo una letra de mierda”, contestó.
El cariño entre las figuras quizás se relacione con lo que implicó el rodaje, con la mayoría de escenas en exteriores. Fue similar al de un circo: más de 70 personas viajaron por el gran Buenos Aires, armando carpas de casamiento en medio del campo para desayunar y cenar. “Hubo un clima de camaradería y de mucho compañerismo”, resumió Darín.
El Chino afirmó que descubrió que su papá es un fenómeno por su generosidad y su talento no sólo para actuar, sino también para aportar en distintas áreas de una producción. El padre se reconoció orgulloso: “me dio mucha satisfacción verlo actuar. Tiene las cosas muy claras, es muy enfocado en el trabajo y es muy solidario”.
La película deja varios mensajes, que Llinás puso en palabras. “Lo que pasó en 2001 nos atravesó a todos por igual. En esta película hay un pueblo que se junta y decide emprender un proyecto común para mejorar, cada uno de la forma que puede, con más o menos ahorros. Y muestra que frente a una enorme adversidad, uno puede sentirse acabado, pero de pronto algo hace que las personas se sobrepongan y juntos puedan resarcir esa injusticia”, sostuvo.