La escultura fue traída de Europa por Juan B. Terán en 1926 y emplazada en el parque entre 1927 y 1928. El entonces rector de la Universidad Nacional de Tucumán había viajado para comprar imitaciones de estatuas clásicas.
En la “Fonderie d’Art du Val d’Osne”, en París, compró las réplicas de hierro fundido y en mármol. Una veintena fueron robadas del parque en las décadas transcurridas desde su instalación.
La pieza, que se encontraba en el sector sur del paseo público, en la zona cercana al lago, fue sacada sin que nadie lo advirtiera, pese a que a que cerca de allí se encuentran los galpones de la Dirección de Parques y Jardines.
Los investigadores creen que la obra fue levantada por varias personas (se estima que tiene un peso de más de 200 kilos) y fue cargada en una camioneta, ya que no se encontraron huellas de que los autores hayan utilizado un máquina.