EL PASO, Texas.- Dos tiroteos en Texas y en Ohio, que dejaron casi 30 muertos y decenas de heridos, resonaron en la arena política estadounidense, con pedidos de leyes estrictas sobre tenencia y portación de armas y acusaciones a Donald Trump de avivar tensiones raciales.
La primera masacre ocurrió el sábado, en la ciudad fronteriza texana de El Paso, donde un hombre con un rifle mató a 20 personas e hirió a otras 27 en un supermercado Walmart, antes de rendirse. El hombre había escrito en sus redes sociales que iba a enfrentar “la invasión” de inmigrantes, un tópico repetido en el discurso de Trump. Las autoridades están tratando el ataque como un caso de terrorismo doméstico y un crimen de odio.
A la masacre de Texas se le sumó otra en Ohio. En las primeras horas de ayer, un hombre armado abrió fuego en un distrito del centro de la ciudad de Dayton.
Mató a nueve personas e hirió al menos a 26, antes de ser ultimado a tiros por la policía.
Varios demócratas hicieron foco en el control de armas. Otros destacaron las conexiones con un resurgimiento del nacionalismo blanco y la política xenófoba en el país. “Trump es responsable de esto. Él está avivando los temores, el odio y la intolerancia”, dijo el senador Cory Booker, precandidato demócrata a la elección presidencial 2020.
Trump escribió el sábado que el tiroteo de El Paso era “un acto de cobardía”. Ayer añadió que las autoridades trabajan para investigar los ataques. No hubo una declaración pública, más de sus publicaciones en Twitter.
En declaraciones a la cadena ABC, el jefe interino de gabinete de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, atribuyó los ataques a individuos “enfermos” y negó que el gobierno tuviera alguna culpa.
Beto O’Rourke, ex congresista demócrata de El Paso, refutó esta postura y afirmó que Trump es un nacionalista blanco cuya retórica avivó las divisiones. “Es un racista declarado y está alentando más racismo en este país”, dijo O’Rourke en CNN.
“Debemos unirnos para rechazar esta peligrosa y creciente cultura de intolerancia adoptada por Trump y sus aliados”, declaró el senador Bernie Sanders.
Una marca de la presidencia de Trump es su ataque a la inmigración ilegal. En sus discursos señala a los mexicanos en Estados Unidos como potenciales violadores, se refiere al ingreso de migrantes por la frontera sur como una “invasión” y ha insultado a legisladoras que pertenecen a minorías étnicas. (Reuters)