Las últimas detenciones de mecheras y pungas en el microcentro tucumano generaron polémica entre los comerciantes y peatones. José Ardiles, subsecretario de Seguridad, remarcó que los operativos que se han realizado hasta ahora en la capital, han sido efectivos. En esa línea, ratificó la continuidad de las tareas para frenar el avance de estos delitos.
“Todos los días tenemos a las mecheras dando vueltas por acá. Traen sus bolsos o bolsas vacías y van metiendo cosas”, expresó Belén, encargada de uno de los locales “Todo Moda”. Este negocio ha sufrido los ataques a diario. “Como salen rápido, ellos ni se preocupan. Pagan una multa en la comisaría y ya está; salen y después vuelven a robar como si nada. Es increíble”, manifestó.
La joven describió que las sospechosas operan en grupos: mientras una persona distrae a las vendedoras o a la cajera del local, otras integrantes se encargan de robar mercadería. “Por las tardes es peor. Más aún, cuando se avecinan fechas como éstas: el Día del Amigo. Además, ellas saben cuáles son los horarios pico y qué robar. Tienen todo estudiado. Incluso, hacen recorridos por toda la peatonal, de local a local”, añadió la chica.
La encargada contó además que los asaltantes atacan a los clientes y al personal dentro del negocio, sin que se den cuenta. “El otro día, me sacaron el teléfono del bolsillo de la campera. Yo, ni me di cuenta”, relató Daniela, vendedora en un local de venta de artículos electrónicos.
“No es un mito. Existen y te roban. Por más que veas que atrapan a algunas en una cuadra, te enteras que andan robando en la otra cuadra luego. Es de nunca acabar”, opinó.
Una semana atrás, Daniela descubrió a una mechera que había intentado comprar un teléfono celular de alto costo y un parlante de última tecnología, con una tarjeta de crédito robada. Al ser descubierta, la ladrona escapó. “Me di cuenta cuando ya estábamos haciendo el cobro a través del posnet, pero la chica ya venía de dos locales más y había gastado miles de pesos con plata que no era suya. Después nos enteramos que ella había robado unas horas antes las pertenencias de alguien que trabaja en Tribunales”, relató.
La asaltante había pasado antes por una perfumería, donde habría querido comprar. Aunque las vendedoras no le permitieron adquirir un producto. “Vino como si nada y quiso llevarse perfumes y otras cosas. No le vendimos nada porque nos dimos cuenta que era una ladrona y se fue”, dijo Lucía, una de las vendedoras del local de cosmética.
Los procedimientos
Desde el 1 de junio, la Guardia Urbana, junto con la Brigada de Investigaciones y agentes de la seccional Primera, lograron detener a 60 mecheras. “Cerca de 40 personas quedaron detenidas y a disposición de la Justicia, mientras que el resto salió libre. Varias son menores de edad y no tenían nada que los comprometiera”, expresó Ardiles.
“Estos nuevos operativos sí sirvieron y los mantendremos. El objetivo es erradicar esta metodología. Queremos tranquilidad en Tucumán”, añadió. Además, contó que se incrementaron los recorridos, tanto en el microcentro como en distintos barrios, como La Costanera, Juan XXIII y Mataderos. “Es un trabajo en conjunto con la Justicia. Es muy positivo que ellos acompañen a la Policía”, remarcó.
“Siempre circulo con cuidado y guardo mi teléfono entre la ropa. Sabés que andan las mecheras por todos lados. Deberían aumentar el control: sí se ven policías en el centro, pero no les hacen nada, ellos siguen robando como si nada”, opinó José Moreno, quien caminaba por San Martín y Muñecas, junto con su esposa y dos niños.
Una vendedora de panchuques, quien se presentó como Marcela, contó que, al estar todos los días en un cruce tan concurrido como las calles San Martín y Maipú, es testigo de asaltos a toda hora. “Veo que la Policía hace su trabajo cuando aparecen los pungas o las mecheras, pero el hecho de que los sacan pronto, hace que ellos sigan en la suya. Operan en grupos y, justamente, porque dos o tres roban, le pasan lo robado a otro que se esfuma entre el amontonamiento y chau, olvídate”, agregó.
“A nosotros nos viven robando prendas, aunque todavía no podemos atraparlas o darnos cuenta en el momento, a pesar de tener cámaras”, contó, por su parte, una empleada de un local de ropa femenina de peatonal Muñecas. “No se cómo hacen, pero sacan los botones de seguridad a las prendas y las dejan en los asientos de los probadores. No suena la alarma y claro… salen como si nada. Incluso, todo el tiempo entran clientas contándonos que les viven sacando las billeteras y los celulares en el centro”, añadió la joven.