La homilía de Carlos Sánchez fue dura. Expresiones como inequidad, corrupción, pobreza y “mala política” recorrieron la Catedral y retumbaron sobre los funcionarios provinciales y municipales que asistieron al Solemne Tedeum. A pesar de sus ásperas palabras, el Arzobispo de Tucumán cubrió su mensaje bajo un manto de conciliación, con una mirada superadora, con la ilusión de construir entre todos una Patria sin violencia.

Con voz firme, Sánchez subrayó que también es violencia que una franja cada vez más amplia parezca condenada a vivir con menos de lo indispensable. “Parece no haber esperanza de que las cosas cambien”, lanzó.

Según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) en marzo, unos 286.250 tucumanos (32%) vive por debajo de la línea de la pobreza. Y, de acuerdo con el último informe de la Universidad Católica Argentina (UCA), uno de cada dos niños en el país son pobres.

El prelado arremetió entonces contra la inequidad, que se profundiza en todo el país. “Lamentablemente parece que nos hemos acostumbrado; se viene instalando hace décadas en nuestra provincia y en todos los rincones de nuestra Patria”, apuntó.

Sanchéz, además, embistió directamente contra la “mala política”, que genera pobreza. “Parece ser que el hecho de haber nacido en una zona más próspera que otra otorgue más derechos que a los que les ha tocado ver la luz en zonas más inhóspitas, sin poder disponer de los bienes de la sociedad. Hoy más que nunca, dadas las prácticas deleznables de la mala política y de la corrupción, vemos la pobreza no como una desgracia o una maldición sino que más bien parece como una decisión de unos cuantos que instrumentalizan cruelmente esa misma condición dolorosa de nuestra gente para mantener o acrecentar el poder y la dependencia”, cuestionó el arzobispo.

Gestos adustos

Del otro lado, el gobernador Juan Manzur se mostró con un rostro ceñudo durante toda la homilía. Estuvo acompañado por su esposa, la primera dama Sandra Mattar, el vicegobernador Osvaldo Jaldo y numerosos funcionarios del Gabinete, como: Regino Amado (ministro de Gobierno); Rossana Chahla (Salud); Claudio Maley (Seguridad); Gabriel Yedlin (Desarrollo Social); y Miguel Acevedo (Interior), entre otros. El intendente Germán Alfaro y su esposa, la diputada Beatriz Ávila, también mantuvieron gestos adustos durante la ceremonia.

El arzobispo convocó a garantizar el sano funcionamiento de las instituciones de la democracia y a hallar un “verdadero equilibrio e independencia de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial; no podemos darlo por supuesto”. Además, sobre el cierre, se expresó en contra del aborto. “Una sociedad que ama y defiende la vida de todos, especialmente la de los más pequeños y frágiles, desde la concepción y en todas las etapas y circunstancias del ser humano, es la sociedad que puede conocer la paz y darla a las generaciones futuras”.

Reflexiones

Manzur opinó que le pareció un mensaje muy realista que pide unidad. “Hay que cerrar la grieta en la Argentina y todos tenemos que poner nuestro granito de arena”, dijo ante la prensa.

Alfaro coincidió con la homilía y consideró que es necesario llevar soluciones a los más necesitados y gobernar con equidad. Ávila, en tanto, destacó que se haya hecho hincapié en busca la paz y al respeto por los poderes en cada uno en sus roles.

Sánchez, por último destacó el sistema democrático ya que fue diseñado para tener igualdad.

Buenos Aires: Poli pidió que los candidatos sean servidores de la Patria

El arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, abogó para que los candidatos que se presenten a las elecciones presidenciales sean servidores de la patria y trabajen para cumplir el sueño de un gran encuentro fraterno de los argentinos. Durante el Tedeum en la Catedral Metropolitana, con motivo de un nuevo aniversario de la declaración de la Independencia, expresó:

“en este tiempo en que hombres y mujeres se presentan a elecciones para servir, ser servidores, en la conducción de la patria ponemos bajo el manto de la Virgen de Itatí el sueño de un gran encuentro fraterno de los argentinos que nos permita ver un destino promisorio para nuestro pueblo”. En ese marco, indicó que la Casa Histórica de Tucumán “es un lugar de encuentro, de diálogo y de búsqueda del bien común” y es “un símbolo de lo que queremos ser como Nación”. “Los congresales nos ofrecieron el ideal de una gran familia, pero la independencia no siempre se tradujo en paz y prosperidad para todos los argentinos”, agregó el cardenal. De la celebración participó el vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli. (Télam)