Irse a dormir y programar la alarma a las 4.30 de mañana o aprovechar para reunirse con amigos y pasar de largo ya queda a gusto del consumidor; lo importante es estar con los ojos bien abiertos frente a la pantalla al momento en que los Jaguares comiencen a jugar su primera final en un Súper Rugby, el torneo de franquicias más importante del mundo ovalado. Se podrá ver en vivo por ESPN 2, o bien vía streaming por ESPN Play.
Independientemente de cuál sea el resultado, será un suceso histórico para el rugby argentino. A la franquicia de la UAR le tomó apenas cuatro años alcanzar por primera vez la final de una competencia a la que cuesta mucho tiempo tomarle la mano por las dificultades únicas que plantean interminables horas de vuelo, constantes cambios de horario y una dinámica de juego a la que los jugadores argentinos no estaban acostumbrados, y que reúne a algunos de los mejores equipos del planeta. Entre ellos su rival de mañana, Crusaders, el más ganador de todos y principal cantera de los All Blacks. Nombres como Kieran Read, Sam Whitelock o Codie Taylor son fácilmente reconocibles por su experiencia entre los “Hombres de Negro”.
Que Jaguares hoy esté en la gran final del Súper Rugby puede ser una grata sorpresa, pero lejos está de ser casualidad. Es el fruto de un largo proceso de trabajo, en el que intervinieron muchísimas manos, algunas de las cuales ya no están, como las de Daniel Hourcade y Raúl Pérez. Esos dos primeros años, anteriores a la asunción del mando por parte de Mario Ledesma, fueron pobres en resultados, pero valiosos en cuanto a la experiencia adquirida. La llegada de Gonzalo Quesada a la conducción técnica le dio un salto de calidad a un equipo que ya había dejado atrás las peores turbulencias.
Esta vez, le toca enfrentar a un rival que conoce mucho más el paño y que en su casa no pierde desde hace cuatro años. Sin embargo, Jaguares llega con muchísima confianza, producto de una racha de siete victorias consecutivas, la última de las cuales (el triunfo en Vélez sobre Brumbies) fue sin dudas uno de las mejores producciones de su historia en el torneo. “La mejor arma que han ganado es la confianza. Cuando se trata de lograr algo, un 90% consiste en creer que puedes hacerlo”, los elogió Steve Hansen, head coach de los All Blacks.
Los “Cruzados” de Christchurch, eso sí, son la figurita más difícil del álbum. En las dos oportunidades que se cruzaron (en 2016 y en 2018), el triunfo fue para los neozelandeses. De todas maneras, Jaguares hoy luce más sólido que nunca, tanto a nivel colectivo como individual. Entre sus argumentos a favor, cuenta con dos tucumanos en su mejor momento: a Matías Orlando (elegido mejor jugador de la semifinal), se le suma el regreso de Ramiro Moyano,. Entre ambos, suman 15 tries en la temporada.
Vista desde los números, se trata de una final muy lógica: se enfrentan los dos mejores equipos de la fase regular. Además, son los mejores del torneo en cuanto a promedio de tantos anotados por encuentro, así como los de menor cantidad de tantos recibidos. Será, sin dudas, un mano a mano entre dos titanes.