Un joven de 23 años fue baleado en la frente en Villa 9 de Julio y quedó con muerte cerebral. Desconocidos, amparados por la oscuridad de la noche, realizaron tres disparos. El móvil fue el intento de robo de una moto. La Policía, según confirmaron fuentes policiales, ya habría identificado a los autores del salvaje ataque. El cuadro de salud de la víctima es irreversible.
Joel Di Meglio, de 23 años, había trabajado durante toda la jornada. Estuvo reunido con sus familiares más cercanos y, como casi todos los días, después de cenar en su casa, salió en busca de sus amigos. Encontró a uno de ellos y se pusieron a charlar en la calle Juan José Paso al 2.000. De la nada, de acuerdo a lo que confiaron fuentes policiales, llegaron al menos tres jóvenes armados.
Después de amenazarlos, les quitaron la moto. Los jóvenes intentaron salir corriendo, pero uno de los asaltantes comenzó a gatillar su arma. Hizo tres disparos, uno de los proyectiles impactó en la frente de Joel. Los atacantes huyeron y comenzaron las corridas en el barrio.
El joven fue trasladado al hospital Padilla, donde los médicos, después de revisarle la herida, les confirmaron a sus familiares que no podían hacer nada.
“Esto no es locura. El ‘chango’ no hizo nada. Se murió de miedo y salió corriendo. Las plagas esas lo mismo le dispararon. A ellos no les importa nada porque les resulta mucho más fácil robar un celular o una moto para seguir drogándose”, dijo Juan Luis García, vecino de la cuadra donde se produjo el hecho.
Su esposa, Luciana, agregó: “en este barrio estamos acostumbrados a escuchar los tiros. Si no son transas, son los choros los que andan armados y asustando a todo el mundo. Algo tiene que hacer el Gobierno para acabar con lo que se vive en esta zona”.
Jesús Miguel Dimerio, tío de la víctima, describió: “lo que está pasando aquí es cosa de todos los días. La Policía sólo aparece cuando algún vecino apedrea la casa de los transas. Es increíble, en dos días robaron al menos seis motos e hirieron de un balazo a otro chango”.
“Así no se puede vivir. Joel era un chango que trabajaba, que no andaba en cosas raras. Un chico de la familia, y miren cómo terminó. Ni siquiera se resistió. Espero que al menos los atrapen a los que hicieron esto”, concluyó.