Besos, abrazos y todo un glosario de cariño en un ambiente ya descontracturado en una Selección completa agrupada en el círculo central de la cancha de Gremio donde consiguió el triunfo que necesitaba ante Qatar y el posterior pase a los cuartos de final de la Copa América donde se las verá con Venezuela.
Rodrigo De Paul es claro en el concepto. “No creo que en el fútbol hay presión, sí responsabilidad. Hoy estuvimos a la altura de nuestra responsabilidad”, le respondió el volante ex Racing a uno de los cronistas de TyC Sports. Esa es la frase que podría marcar lo que es esta Argentina de grandes nombres pero de escasos resultados. La Selección ganó y con eso basta para seguir soñando. Por ahora.
“Conseguimos el resultado, esto no es fácil. Teníamos que salir a ganar y ganamos, por suerte. Lo necesitábamos”, se sinceró Lautaro Martínez, el pescador de la jornada y autor de ese 1-0 tempranero (3 minutos del primer tiempo) que cambió los esquemas de un duelo que dejó en claro que Argentina fue superior a su rival, pero así y todo cayó en esas lagunas sin fútbol peligrosas.
“Hacíamos las cosas bien los primeros minutos y después no podíamos mantenerlo”, explicaba Martínez antes de sentar la base de lo que debe ser el equipo, juegue con uno, dos o tres delanteros. “Hay que correr parejos, todos juntos; presionar… Lo hicimos muy bien, estamos felices”.
De Paul estuvo en la misma sintonía que Lautaro: “hoy en el fútbol hay que correr, meter, presionar arriba con los jugadores que tenemos y estar cerquita del arco rival”.
Haberle ganado a Qatar no fue sinónimo de alivio, sino de felicidad, según dijo De Paul. “Alegría más que alivio. Pudimos pasar a la siguiente ronda, que es el primer objetivo que nos planteamos”.
Lo que viene, Venezuela, será una nueva historia en esta Copa América y en esta Selección que todavía no ha podido mostrar su verdadero potencial. En estos cuartos de final debe ser así, porque no habrá mañana si la Selección cae ante la “Vinotinto”.