Golden State Warriors resistió en el Scotiabank Arena y frustró el festejo de Toronto Raptors, al que derrotó 106-105 en el quinto encuentro de la serie final por el título de la NBA que está ahora 3-2 para los canadienses y continuará el jueves en el Oracle Arena, de Oakland.
El visitante le impuso un ritmo frenético a su juego y tomó ventaja en el electrónico con el terceto Durant-Curry-Thompson, quienes convirtieron 36 de los primeros 39 puntos del equipo, con un formidable 7/11 en triples.
Con los Warriors a todo vapor, en solo 2' del segundo parcial, Durant -reaparecía tras sufrir una distensión en la pantorrilla derecha el 9 de mayo contra Houston- en una acción ofensiva quedó tirado en el parqué.
Con 11 puntos anotados (3/3 en triples), 2 recobres, una tapa y una asistencia, era uno de los motores del ataque de Golden State. Trasladado a los camarines primero, salió después del estadio con muletas.
Y los estudios confirmaron después que se rompió el tendón de Aquiles. El anuncio fue hecho por el manager general de la franquicia, Bob Myers.
El panorame se agravaría después para Golden State, que también se quedó sin Kevon Looney, resentido de su lesión en la clavícula.
Con una renta de hasta 14 puntos, el visitante soportó la reacción canadiense, especialmente con la dupla Curry-Thompson, quienes combinaron 57 unidades y entre ambos marcaron 12 de los 20 triples del equipo contra solo 8 de su rival.
El perímetro resultó clave en el triunfo de los de Steve Kerr (47,6% a 25%), pese a que Toronto encabezó la estadística en puntos desde la pintura, en contraataque y desde el banco.
La emoción se mantuvo hasta el último segundo. Toronto estaba abajo en luminoso en el último cuarto cuando uuna ráfaga anotadora de Kahwi Leonard (dos triples y dos dobles) pusieron arriba al anfitrión 103-97 (a falta de 3'05").
Sorpresivamente, el entrenador Nick Nurse pidió un tiempo muerto; los Warriors con una corrida de 9-0 volvieron a pasar al frente y con una gran defensa a la última posesión de los Raptors sellaron el 106-105 para acortar la desventaja en el cruce y llevar la definición por la corona a un sexto partido.