PARÍS.- El empate 0 a 0 ante Japón, en el Mundial de fútbol femenino, se festejó como un triunfo. Para algunos puede ser exagerado, pero los que conocen el camino recorrido por el equipo nacional entienden perfectamente los motivos de tanta alegría. “Es una muestra de lo que puede hacer la mujer argentina”, resaltó Estefanía Banini, la capitana del equipo que se plantó con inteligencia ante una de las potencias de esta disciplina y sumó un punto por primera vez en la máxima competencia organizada por la FIFA. En sus dos anteriores participaciones había perdido los seis encuentros.
“Ojalá esto sea el primer paso de un futuro mejor”, expresó tras los festejos la jugadora que luce el número 10 en la camiseta y lleva la cinta de capitán. Y el futuro ya asoma en el horizonte. Inglaterra, que venció Escocia por 2 a 1, es el próximo rival. El encuentro de la segunda fecha del grupo D se jugará el viernes. “Este resultado nos debe servir como un envión anímico importante para encarar el torneo” señaló el DT Carlos Borello.
Sumar un punto ante Japón, que disputó las dos últimas finales y fue campeón hace ocho años, llena de orgullo a las argentinas, que volvieron a jugar un Mundial después de 12 años y están en pleno proceso de profesionalización. Además, este buen comienzo les permite encarar con optimismo y confianza en el resto de la competencia, buscando la clasificación a los octavos de final -clasifican los dos primeros de cada grupo y los cuatro mejores terceros-, algo que parece casi inalcanzable.
“Argentina hace historia ante Japón y se roba los aplausos”, destacó la FIFA en su página oficial. Las sudamericanas fueron ordenadas tácticamente, consciente de sus limitaciones. “Nos teníamos que resguardar y salir de contra. Sabíamos que si nos abríamos mucho, nos podían hacer daño”, explicó Borello. La tucumana Solana Pereyra no ingresó.
Banini, volante de Sevilla de España, fue jugadora más clara. Su capacidad para gambetear y encarar a las rivales la potenciaron como la carta ofensiva más importante. A Argentina no le faltó actitud y defendió hasta el último instante con paciencia para obtener su primer punto en los mundiales. El equipo hizo historia en París. Una historia que apenas ha comenzado a escribirse. (Especial-Télam)