ÚLTIMA PRESENTACIÓN

• A las 22 en La Sodería Casa de Teatro (Juan Posse 1.141).

Fue escritor, juez, abogado de presos políticos, historiador y director de la revista cultural Tarja. Quienes lo evocan, lo definen como el último “intelectual frontal” de Jujuy. Se llamaba Andrés Fidalgo, y su vida integra “100 Fidalgo” (en homenaje al centenario de su nacimiento), la obra interdisciplinaria que se verá hoy en La Sodería, con el elenco jujeño que integran Reynaldo Castro, Lola Castro Olivera, Gustavo Cruz y Carlos Rivero.

“Andrés fue el último exponente en nuestra región de un modelo que ya no existe. Escribió desde la historia de la Puna hasta teatro, pasando por humor, poesía y la memoria de la represión de la dictadura. Fue un intelectual que puso su prestigio a favor de las causas populares con ajustada precisión. ‘Nuestros muertos viven en nuestra memoria’, dijo Raúl González Tuñon, por lo que es natural que perviva en la de las generaciones venideras”, asevera Castro.

La propuesta reúne narración, teatro y música en vivo con el objetivo confeso del artista de “hacer circular historias que emocionen, porque la biografía intelectual no era suficiente”. “Nuestro montaje permite que los cuerpos vibren al unísono y el trabajo actoral de Lola posibilita sentir la presencia potente de Nélida y Alcira, la esposa de Andrés y la hija de ambos, que está detenida desaparecida desde que fue capturada por Alfredo Astiz y llevada a la ESMA, mientras que el matrimonio debió exilarse en Venezuela”, añade.

A criterio de Castro, “Fidalgo es reconocido actualmente, por fuera del ninguneo oficial de las oficinas de Cultura y pese al aniversario; sus amigos y lectores llenan los teatros, asisten ex presos políticos, integrantes del campo cultural que lo trataron en vida y también jóvenes que no llegaron a conocerlo”.

La propuesta estética se enmarca en lo que Castro denomina arte documental, y cita como antecedentes de esa línea de trabajo en la región al poeta popular Domingo Zerpa (autor del “Romance por la muerte de Rafael Tauler”); a Raúl Galán (publicó en Tarja “Coya muerto en el ingenio” en la década del 50); a Avelino Bazán y a Alcira Fidalgo, que escribió poesía dentro de la ESMA. “Son ejemplos paradigmáticos que demuestran la necesidad de hacer arte aún en situaciones de precariedad existencial”, concluye.