En ese rincón afectivo que tienen todas las familias, en casa de los Londero, este 29 de mayo de 2019 se guardará en un lugar especial. En Jesús María, Córdoba, a Juan Ignacio, tenista argentino que ayer tumbó al local Richard Gasquet (6-2, 3-6, 6-3 y 6-4) en Roland Garros, se lo conoce como “Topito” o “Juani”. O quizá, también por “Nacho”, tal como lo llaman sus abuelos. “El (el abuelo Olicio, fallecido hace pocos años) siempre lo dijo acentuado en la primera O, aunque se escribe sin tilde. Y mi ‘viejo’, él es el verdadero ‘Topo’, lo dice igual”, cuenta.
La pregunta sobre cómo se pronuncia su apellido es una de las más repetidas por los colegas de todo el mundo que necesitan información sobre quien ha firmado el impacto saliente de la jornada. Y quieren saber más. “Hace dos años estuve por largar, andaba quemado, sin ganas, sentía que el tenis ya no era para mí”, recordó el cordobés. Soltó la raqueta unos meses y enseguida sintió que algo le faltaba. Y decidió volver a intentar, una última vez, a pleno, como le gusta hacer todo.
Pasada la crisis de 2017, el año pasado lo trató mejor y ya todos sabemos la sorpresa que causó en Córdoba, en el mes de febrero. “Ganar ese ATP en mi provincia es lo más lindo de mi carrera y al mismo tiempo fue una ola enorme que me pasó por encima. Me costó la adaptación, ya puedo decir que el agua está calma otra vez”, reconoció.
Lo más lindo de su carrera no cambió nada significativo en su vida. Sigue bien mimoso con mamá Mariela y compinche de Milagros, su hermana menor. Nada sabe de fútbol y es fanático de los autos y la velocidad. Y así, a toda velocidad, vive esta segunda ola fuerte.
“La dimensión de un torneo de Grand Slam es muy difícil de anticipar, no hay manera que no te sorprenda. Podés calcular algunas cosas pero no todo. Y a eso que no calculaste te tenés que acomodar sobre la marcha. Me cuesta creer estar en tercera ronda, pero debo creerlo rápido, mañana me espera uno de los partidos más importantes de mi vida”, anticipó.
No se refiere al rival, Corentin Moutet joven local, 110 del ranking, talentoso, de muy buen paso como junior, y vencedor de Guido Pella (6-3, 6-1, 2-6 y 7-5). “Topito” apunta a la dimensión del partido y a la trascendencia de una eventual victoria que lo pondría en octavos de final contra Rafael Nadal. Pero él no sabe eso, se mantiene al margen, hace tiempo dejó de mirar los cuadros porque su mente iba demasiado rápido y lo traicionaba. En estos días, también, se mantiene lejos de un teléfono que, claro, suena y suena. Y seguirá sonando durante un buen tiempo, mientras sigan vivos los ecos de este inolvidable Roland Garros.