SAN PABLO, Brasil.- El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, afirmó que las manfestaciones realizadas a su favor y en contra del Congreso en varias ciudades del país, convocadas por sectores de la extrema derecha y que no lograron ser más numerosas que las realizadas recientemente por la oposición, dieron un “mensaje” a las “viejas prácticas” de la política.
“Las manifestaciones tuvieron un número de asistentes nada despreciable”, dijo el general retirado Augusto Heleno, ministro del Gabinete de Seguridad Institucional, al ser preguntado sobre la asistencia a los actos convocados por el llamado bolsonarismo extremo.
Sin apoyo de los sectores más liberales y con un quiebre en la derecha oficialista, algunos grupos convocaron al acto para defender al gobierno con ataques a los jefes parlamentarios y a los miembros del Supremo Tribunal Federal (STF, Corte Suprema) y contrarrestar las protestas lideradas por los docentes hace 12 días, con más de un millón de manifestantes.
Las principales consignas fueron la aprobación del proyecto que busca endurecer la ley penal, enviado por el ministro de Justicia, Sergio Moro, y la reforma jubilatoria, principal iniciativa de ajuste económico de esta gestión.
En San Pablo, los manifestantes se concentraron en cuatro puntos de la avenida Paulista, la arteria más famosa de la ciudad, algo que contrastó con las manifestaciones donde surgió el germen de la candidatura de Bolsonaro, las de 2015 que pedían el juicio político a la presidenta Dilma Rousseff.
Pancartas y discursos pedían el cierre del Congreso y el STF, y hasta una “intervención militar”.
El Movimiento Avança Brasil fue el principal organizador de la marcha, además del Club Militar, un grupo de generales retirados que apoyó a la última dictadura.
Varios de los líderes de movimientos ultraderechistas -llevando banderas de Estados Unidos y de Israel- cantaron consignas contra dos aliados del gobierno, los jefes de Diputados, Rodrigo Maia, y del Senado, Davi Alcolumbre, del partido derechista Demócratas, que se quejan de la falta de articulación del Ejecutivo para aprobar las leyes clave.
“Es una manifestación que respeta las instituciones, pero con un firme propósito de dar un mensaje a aquellos que con viejas prácticas no dejan que el pueblo se libere”, dijo Bolsonaro al comentar los actos, durante su participación en un culto evangélico en Río de Janeiro.
Bolsonaro compartió por Twitter imágenes de manifestaciones con decenas de personas en la región noreste donde se pedía investigar al STF y “el fin del comunismo”.
Inicialmente, las manifestaciones estaban convocadas contra el Congreso y el STF, pero se transformaron en una suerte de “Plaza del Sí”. Sectores opositores convocados contra los recortes en el presupuesto de Educación llamaron a una segunda marcha contra el gobierno de Bolsonaro para el próximo miércoles. (Télam)