Pocos lugares pueden ofrecer tal combinación: deporte y la majestuosidad de la naturaleza. El domingo, Tucumán tendrá dos competencias que serán ejemplos del mote con el que es conocida la provincia: “El Jardín de la República”. En la pintoresca ruta provincial 307 que lleva a Tafí del Valle, y en Tapia, habrá acción para los deportistas que además de despuntar, tendrán de yapa un carnaval visual. Ese factor, de seguro, funcionará como un aliciente en los momentos de mayor esfuerzo en cada recorrido.

La impronta de esa mezcla acompañó a los organizadores del Rally Raid de mountain bike marathon, la segunda de las cuatro fechas del campeonato. “Uno se lleva el total de la experiencia”, respondió Matías Haedo. Fue ponerlo en un “aprieto” al jefe de circuito y seguridad de la carrera cuando se lo consultó sobre el punto más bonito que verán los bikers. Es bien conocida la belleza de la zona de Tapia que tiene la particularidad de unir el verde con el marrón. “Es muy interesante: hay zonas con clima más desértico. Se ven cactus, por ejemplo. Hace pensar que estás en otra provincia”, describió Haedo. La apuesta del grupo organizador por la modalidad marathon (ver explicación en “Para Saber”) fue motivada porque la geografía de la provincia permite demarcar trazados de larga duración con singularidades naturales. “Las vivencias que encontrás en las carreras de marathon es lo que hace que tenga más adeptos en el mundo. Despierta otro tipos de sensaciones que no se encuentra en una carrera de varias vueltas a un mismo circuito”, explicó.

foto de Jorge Bostok

La Trepada al Indio también fue concebida porque la belleza deslumbraba. Y había que cuidarla. “La competencia tiene que superar lo deportivo”, pide Dardo Guzmán. Junto a dos hermanos de la vida (ver “Como la primera vez), unió su Monteros natal con el famoso monumento. “Buscamos proteger toda la riqueza natural de la región”, decían a coro los atletas en la publicación de LA GACETA del 11 de enero de 2000.

Constituidos como guardianes voluntarios de esos tesoros su idea es apoyada por miles de atletas federados y amateurs. Ellos, mientras corren o pedalean, podrán disfrutar la amplísima variedad de los frondosos árboles que están a cada lado de la ruta a los valles. Sentirán la inmensidad cuando las altas paredes naturales de color verde empiecen a custodiar la marcha y la sinfonía de agua del río Los Sosa sea la banda sonora hasta llegar a la meta.