Planteamos en la entrega de ayer la sorpresa que generó en el mundo del fútbol lo sucedido con Iker Casillas, que sufrió en Portugal un infarto de miocardio en plena práctica de FC Porto. El arquero fue socorrida a tiempo y se recupera satisfactoriamente. Ante lo sucedido, fueron unánimes los elogios hacia el protocolo de seguridad que salvó su vida. Inmediatamente surge la pregunta: ¿esto es algo que da con igual eficacia en todos lados o es sólo privativo del deporte de elite?
Argentina en general, y Tucumán en particular, constituyen claros ejemplos de una situación cambiante e inquietante en materia de prevención y de ejecución de protocolos de sanidad. A nadie escapa que hay falta de infraestructura médica especializada en una gran parte de los clubes y de los estadios. Descontando que las entidades con participación nacional deben seguir normas bien definidas que bajan desde la FIFA, el resto (los que juegan en federaciones, asociaciones y ligas, sobre todo remotas) constituye un mundo incierto. Y ello sucede, principalmente, por una precariedad formativa y de conciencia de quienes ocupan cargos directivos. Por extensión, hay que otorgarle también parte de culpa a la carencia de medios económicos.
¿Hay obligación de contar con un departamento médico? Claro que sí. ¿Hay un plan elaborado en emergencias y en esquemas preventivos? A veces sí, muchas veces no. ¿Hay ambulancias cerca de un campo de juego, incluso durante una práctica, o un desfibrilador que pueda reactivar un corazón con choques eléctricos? Mmmm. Admitir que algunos lo hacen y lo tienen, y que otros no, duele. Más aún, porque quien o quienes deben velar por el cumplimiento de las normas, ya no sólo no aplican rigor en todos los casos, sino que se desentienden. No hay que olvidar, jamás, que se habla de salvar vidas. Que, en caso de un episodio cardíaco, por ejemplo, la supervivencia depende de la atención que se preste durante los cinco minutos siguientes al ataque. En situaciones así (y esto no se negocia), no hay tiempo para improvisar.
Chequeos, cada seis meses
Marcelo Montoya - Médico deportólogo de Atlético
Nosotros hacemos chequeos generales con los jugadores de todo el plantel, cada seis meses. Los cardiológicos y los de laboratorio. Aunque lo aconsejado por la Sociedad de Cardiología y la medicina del deportes es que sea anual, lo hacemos más veces y hasta ahora no hemos tenido ningún caso de tener que dar de baja por alguna condición cardíaca.
Los análisis cardiológicos son un electrocardiograma, un ecocardiograma y una ergometría.
Antes de los 35, un problema así obedece a algo congénito. Después de los 35, se trata seguramente de una coronariopatía. El caso de Casillas (tiene 37 años) está pasando ese límite.
De todas maneras, es muy bajo el porcentaje de atletas que sufren de estas afecciones.
Hacemos todo tipo de estudios
Roberto Guillén - Jefe del departamento médico de San Martín
Cuando ingresa un nuevo jugador, se le realizan todos tipos de estudios: laboratorios, electrocardiograma, prueba de esfuerzo y resonancia magnética. Habitualmente, con los análisis lo que buscamos es evitar situaciones como la de Casillas. Por eso estudiamos los factores de dislipemia, que es el colesterol y la LDH, que nos da un indicador de cómo está su capacidad muscular. Dentro del electrocardiograma tenemos dos opciones; si los resultados son normales no se hace nada, si salen con alguna alteración, recurrimos a la ergometría o a ecocardiograma. Quizás en Casillas haya alguna enfermedad como la trombofilia o antecedentes familiares de cardiopatías isquémicas que salen con algún entrenamiento intensivo; pero no es lo habitual.
El fútbol nos protege de un infarto
Martín Perea - Médico cardiólogo
Iker Casillas, un jugador de fútbol profesional de 37 años, arquero, ex capitán de la selección de España y campeón del mundo, sufrió un infarto. Nos viene a la mente, que un atleta profesional representa el segmento de la sociedad con mayores cuidados de salud. Pensar que una persona de esas características (atleta de elite) está expuesta a sufrir un evento asociado a edad avanzada, tabaquismo, sedentarismo y obesidad, genera preguntas.
¿El deporte de alto rendimiento aumenta el riesgo de infarto? No, sigue siendo una herramienta de prevención de enfermedades cardiovasculares a nivel poblacional.
¿Puede un atleta de elite sufrir un infarto? Sí. Existen factores de riesgo no modificables, o sea, que no dependen de nuestra conducta o hábitos (historia familiar-malformaciones congénitas-trastornos hereditarios del colesterol) que pueden generar un infarto. Probablemente, el evento de Casillas, pertenezca a este grupo. En resumen, un paciente saludable, para infartarse debe presentar algún trastorno no modificable capaz de desarrollar ateroesclerosis a una edad temprana. La mayoría de estas patologías son hereditarias o congénitas y su diagnóstico es complejo, debido a que ocurren con una frecuencia muy baja. “No soy Casillas, pero tengo 40 años y juego al fútbol. ¿Corro riesgo de infartarme?” La respuesta sería que el riesgo está signado por los factores convencionales (tabaquismo-obesidad-sedentarismo) y el fútbol (después de un examen de aptitud) nos protege de padecer un infarto.
La prevención es para todos
Ramón barrera - Especialista en Medicina del Deporte
Lo que le sucedió a Iker Casillas es raro, teniendo en cuenta la seriedad de los clubes europeos que tienen todos los controles médicos bien estandarizados. Existe un muy bajo porcentaje de eventos que pueden pasar desapercibidos en los exámenes médicos, pero esto no significa que tales estudios no sean eficaces.
Sabemos estadísticamente que las evaluaciones que pueden pedirse minimizan significativamente los riesgos. Por lo tanto, los controles previos son muy importantes, no sólo en los deportistas de elite, sino también en todas las personas que realicen actividad física competitiva.
En estos controles previos, el interrogatorio puede arrojar datos importantes desde el punto de vista familiar o personal, que nos pueden alertar sobre posibles enfermedades cardíacas. Se realizan también análisis de sangre, electrocardiograma, medidas antropométricas y la ergometría. Esta última evaluación es un estudio cardiovascular en movimiento que permite diagnosticar enfermedades que no se manifiestan en reposo. También podría realizarse un eco estrés, que tiene mayor especificidad y sensibilidad diagnóstica. Si se hace todo eso previamente, un hecho como el de Casillas, puede suceder, pero en bajo porcentaje. También es importante que el lugar donde se realice la actividad deportiva esté bien equipado para poder asistir a cualquier deportista con un problema de este tipo. En este caso del arquero español, estuvo atendido al momento, de forma rápida. Muchas veces, en los lugares donde practicamos deportes, las condiciones para atender algunas situaciones eventuales no se dan y no terminan de la misma forma.
El hecho de que Casillas ocupe el puesto de arquero, no creo que influya en lo que sucedió. Si bien es una posición que tiene una actividad menos intensa en el campo de juego, sus entrenamientos son mayormente anaeróbicos (acciones de alta intensidad de breve duración).