Con el advenimiento del fútbol profesional en el “Jardín de la República”, a partir de la década del 70, desembarcaron técnicos que a través de los tiempos, dejaron huellas imborrables, por las enseñanzas que dejaron en los clubes en los que trabajaron.
Manuel Giudice, Juan Eulogio Urriolabeitia, Juan Manuel Guerra, Rogelio Domínguez, dejaron sus marcas en Atlético. Mientras que Juan Carlos Carol, Ángel Tulio Zoff y Carlos Roldán, en San Martín, gozan del reconocimiento de los hinchas quienes, aunque ya pasó mucho tiempo, nunca dejaran de reconocerlos.
En los “Decanos”, fue Jorge Raúl Solari una persona que con una sencillez que Dios sólo le reserva a los grandes, quedó en el corazón de los simpatizantes de la entidad de 25 de Mayo y Chile.
Cuando en 2006, los directivos consideraron que el “Indio” era la persona adecuada para empezar el tan ansiado proyecto de despegue futbolístico, no fueron pocos los que miraron con cierto recelo esa decisión. El tiempo demostró cuán equivocados que estaban en sus apreciaciones. Pues a partir de ese momento, con el equipo en el Federal A, de la mano de Solari inició un derrotero que dos temporadas después depositó a los “Albicelestes”, en la B Nacional.
A casi 11 años de ese acontecimiento que movilizó a la familia “decana”, Solari sigue dándole vuelo a la pasión que cultivó desde aquel 1972, cuando decidió colgar los botines para trabajar en la formación de los chicos en el club Renato Cesarini, del cual es dueño. La entidad, que fundó el 15 de enero de 1975 junto con los hermanos Ermindo y Daniel Onega, formó chicos que, con el correr de los años, terminaron siendo verdaderos cracks, tal el caso de Javier Mascherano; Martín Demichelis; Augusto y Santiago Solari, y Joaquín Correa. Además se formaron técnicos de la talla de Dalcio Giovanoli; Jorge Sampaoli y Salvador Ragusa, entre otros.
Una historia atrapante
Cuando se desvinculó de los “Decanos”, Solari regresó a su Rosario querido y se dedicó por entero a su club. Hace unos días, con motivo de la inauguración en Yerba Buena de la peña que lleva su nombre, el “Indio” regresó a Tucumán. Allí, LG Deportiva tuvo la posibilidad de reencontrarse con él. Se mostró reconfortado por poder recordar los gratos momentos que vivió en el “Jardín de la República”.
Para muchos, el “Indio” fue el impulsor de lo que hoy se vive en los “Decanos” y que genera tanta admiración a nivel nacional e internacional. “Es un inmenso orgullo haber podido contribuir para que Atlético empezara a emerger de un lugar donde nunca debió estar. La clave de todo lo que se consiguió en esos momentos fue el esfuerzo de cada uno de los que, directa o indirectamente, estaban en el club. No sólo trabajamos en lo futbolístico, sino que también apoyamos una campaña de socios, porque creímos que los 600 socios que en ese año tenía el club, representaban una cifra irrisoria para una entidad de los prestigios de Atlético. Por suerte, conseguimos ese objetivo”, aseveró.
¡La vida por los colores! Así es la casa de la "joyita" de AtléticoSolari confesó que, cuando juega Atlético, deja todo de lado para vivir los partidos por la televisión. “En el predio nos juntamos con Roberto Ramírez (su ayudante en Cesarini), que volvió a trabajar conmigo y, asadito de por medio, vivimos como un hincha más cada uno de los duelos. No tengo otra cosa que felicitar a todos porque pudieron llevar al club a ser un ejemplo en el interior del país. Dios quiera que se puedan consolidar en la Superliga, pues la familia ‘decana’ se merece competir a este nivel”, dijo el entrenador, que no quiso despedirse sin antes mandarles saludos a los amigos que dejó en su paso por Tucumán.
“A lo largo de mi carrera como jugador y luego como técnico, mi paso por Atlético fue de las mejores cosas que me pasó, por lo que viví junto a mis colaboradores en las dos temporadas que tuve en el club. Aún tengo en mis retinas aquella tarde que le ganamos por penales a Racing de Córdoba y el festejo de esa marea humana que se dio cita al estadio para exteriorizar la ansiedad contenida durante tantos años de frustración”, dijo el “Indio”, que diariamente trabaja en el predio ubicado a la vera de la autopista a Buenos Aires, que tiene de 35 hectáreas y 50 canchas reglamentarias.
Alma amateur
Cuando le preguntamos por cuál motivo, con tanto material humano disponible en Cesarini, nunca intentaron consolidarse a nivel profesional, Solari señaló: “gracias a Dios que, junto con mis colaboradores, seguimos apostando a los chicos, porque si hubiéramos intentando seguir compitiendo en los antiguos Nacionales como lo hicimos en la temporada 1982 /83, a esta hora no existiríamos como club y yo estaría fundido (sonrisas). Nuestro fuerte es la formación de juveniles, que luego se irán a jugar en los mejores clubes del país y del exterior”, concluyó.
Integra un grupo selecto
No tengo dudas de que Jorge Raúl Solari es uno de los grandes técnicos que pasó por nuestra institución a través de toda su rica historia. Con sólo recordar aquel equipo en la temporada 2007/08, que nos permitió conseguir el anhelado ascenso a la B Nacional, me emociono. Me acuerdo todo lo que nos costó salir de esa tremenda categoría que era el Argentino A y que hoy se convirtió en el Federal A. El querido “Indio” forma parte de los selectos cuatro entrenadores contemporáneos que, para mí, están en las páginas doradas de nuestra historia: Héctor “Chulo” Rivoira, Juan Manuel “Vasco” Azconzábal y Ricardo “Ruso” Zielinski. Nunca olvidaré que cuando llegó al club dijo que Atlético era un gigante dormido que merecía competir a otro nivel. El tiempo le dio la razón. ¡Un grande!
Silvio Nava
Jefe de prensa de Atlético