1) Seda

Alessandro Baricco

Editorial Anagrama - 130 págs

Lo elijo porque...

a lo largo del relato, con un ritmo que lo hace inigualable, los desplazamientos geográficos son también modificaciones internas del protagonista. La parábola es la oposición de dos idiomas, las explicaciones sólo se dan con el cuerpo y la ilusión de entendimiento se expresa por la mirada. El gesto y el deseo hacen de esta historia, también, una historia de amor.

Fragmento de “Seda”

... Dio las gracias a todos, dijo mil veces que no necesitaba nada y volvió a  su casa. Jamás ésta le había parecido tan grande; y jamás  tan ilógico su destino.

(...)

Puesto que la desesperación era un exceso que no le pertenecía, se volvió hacia lo que había quedado de su vida y empezó de nuevo a ocuparse de ello, con la inquebrantable tenacidad de un jardinero en su trabajo la mañana siguiente a una tempestad.

2) Las aventuras de la China Iron
Gabriela Cabezón Cámara
Penguin Random House - 192 págs.

Lo elijo porque...
es un viaje exploratorio de dos mujeres que juntas develan no sólo el rumbo y la supervivencia sino también la feminidad. Viaje marcado por el deseo y por las dificultades para comprenderse, hasta que los cuerpos llenen la imposibilidad del diálogo y juntas nominen e identifiquen el valor de “lo nuevo”. Es allí donde se metaforizan la identidad, el territorio y el sexo.

Fragmento de “Las aventuras de la China Iron”

... Tuve las plantas de los pies y la sombra en el suelo y todo el resto del cuerpo en el cielo durante ese tiempo. Como siempre y en todas partes, se me podría decir. Pero no, allá en la llanura que era mía, la vida es una vida aérea. A veces celestial, incluso; lejos de la espera que había sido mí casa, el mundo se me hacía paraíso.  No recuerdo haber experimentado antes esa inmersión en las vicisitudes de la luz. La sentía en mí, creía que yo misma era poco más que una masa inquieta de destellos. Y es muy posible que estuviera en lo cierto.

3) Qué solos se quedan los muertos
Mempo Giardinelli
Booket Editorial - 216 págs.

Lo elijo porque...
es un viaje para hallar respuestas (honorabilidad del pasado y de la honesta juventud); para recordar hechos políticos que dispersaron al pueblo (exilio forzado, testimonios silenciados y ardoroso sentimentalismo del nuevo país). La militancia, la lejana Latinoamérica revolucionaria, la aceptación del abandono, la actitud melancólica y tierna y los restos son algunos pliegues de la novela.

Fragmento de “Qué solos se quedan los muertos”

Sentí miedo una vez más, y pensé que el hombre, entre sus destinos, cuenta el de temer. Quizás, idealmente, cómo en el mundo de los Kappas de Akutagawa, habría que preguntarle al hombre antes de nacer, hablándole con firmeza desde la vagina materna, si quiere venir al mundo, si asume esa responsabilidad. Quizás la respuesta de la mayoría sería que no, y las mujeres se desinflarían en un instante. Pero a nosotros nadie nos pregunta; nomás nos traen. He ahí la imperfección del hombre. (...) Porque ser, es cualquiera.