Antes de que el sol se dejara ver en las calles de la ciudad, otra cara poco conocida de la comercialización de droga salió a la luz. Dos personas fueron detenidas por estar acusadas de formar parte de un grupo que se habría dedicado a la venta de éxtasis, LSD, marihuana de alta calidad y aceite de cannabis; y una tercera que seguirá vinculada a la causa. Siempre según fuentes judiciales, también habrán vendido esas sustancias en fiestas electrónicas ilegales que se organizaban en diferentes puntos de la capital y de Yerba Buena.

Hace casi un año, a raíz de una denuncia anónima, la División Antidrogas Tucumán de la Policía Federal comenzó a investigar a este grupo. Consiguieron autorización judicial y comenzar con la tarea. Primero los identificaron y luego establecieron cómo era el circuito de venta que habían iniciado hace bastante tiempo. Varias de los indicios que aparecieron en la causa fueron conseguidos cuando los uniformados concurrían a la fiestas.

Los pesquisas establecieron que dos de ellos eran estudiantes universitarios oriundos de Jujuy. El restante, era un tucumano que vivía en el sur de la capital. Por la investigación, que fue dirigida por el fiscal Carlos Brito y por Fernando Poviña, ayer se realizaron varios allanamientos y no sólo secuestraron elementos que les serviría para confirmar la hipótesis, sino para agravar la acusación en contra de los arrestados. Pese a la negativa de los federales de dar a conocer los nombres de los acusados, fuentes de la Justicia Federal confirmaron que los detenidos fueron Aldo Antonio Sosa y Gastón Mercau.

Un equipo de la fuerza se presentó cerca de las 7 en el domicilio de Sosa, ubicada en Moreno al 1.100. Allí, según confiaron fuentes judiciales, secuestraron varias plantas de marihuana, numerosa bibliografía sobre el cultivo de esa especie, productos y herramientas para su cultivo.

Otro grupo de federales, se presentó en un edificio de departamentos de Buenos Aires al 400: allí ubicaron a Mercau (30 años), estudiante universitario de Ciencias de la Educación e hijo de un juez penal y nieto de una vocal del Máximo Tribunal de Justicia de Jujuy. En ese lugar, de acuerdo a fuentes judiciales, encontraron un secadero de marihuana, troqueles de LSD y cocaína. También descubrieron que el sospechoso se habría dedicado a la producción, fraccionamiento y comercialización de aceite de cannabis, actividad que está prohibida en nuestro país.

BIEN VIGILADO. El edificio donde residía el hijo de un juez penal jujeño.

Por último, en otro departamento de General Paz al 900, allanaron la casa de M.B.N.R (27 años), también estudiante universitaria jujeña, empleada de una distribuidora de bebidas, encargada de relaciones públicas de boliches y organizadora de afters para el grupo conocido como La Uotra. Aquí, de acuerdo a la información oficial, se ubicó éxtasis y dinero en efectivo ($ 15.000, U$S 700 y 500 reales). Desde la Justicia se ordenó que no se secuestre el dinero ni que se la detenga, aunque seguirá judicialmente ligada a la causa.

El sistema

El juez Poviña tendría elementos suficientes para probar el sistema de comercialización que había puesto en marcha este grupo. La producción de marihuana se podría haber realizado en la casa de Sosa. Siguiendo esta línea, la habrían trasladado hasta la casa de Mercau, donde se habría realizado el secado y el fraccionamiento de la marihuana y también la producción del aceite de cannabis.

Aún está pendiente establecer cómo se abastecían de las drogas sintéticas (el éxtasis y los troqueles de LSD). Los pesquisas sospechan que la podrían haber recibido por vía correo desde el exterior.

El grupo se habría dedicado a la venta “personalizada” de la droga, ya que no todos tenían acceso a ellas. En los lugares donde se realizaron los allanamientos, los vecinos fueron coincidentes: nunca observaron mucho movimiento de gente en el lugar, por lo que no descartan que sólo vendían a personas que conocían y realizaban entregas personales. “Siempre tuvieron la conducta de cualquier estudiante foráneo”, indicó Pablo.

También habrían aprovechado su relación con M.B.N.R para, supuestamente, comercializar drogas en la movida nocturna. La joven, que sería alumna de la carrera de Psicología, se presenta en su Facebook como ex relacionista pública de Pollock y actual productora y organizadora de eventos del grupo La Uotra.

Valores

Las sustancias que habrían vendido los sospechosos, por su valor, para un mercado exclusivo. Por ejemplo, una pastilla de éxtasis se podría adquirir a $ 400 la unidad, pero si es de origen extranjero, su costo asciende a $ 500.

La venta de troqueles de LSD, también conocido en las calles como “pepa”, ha tenido un importante crecimiento en los últimos tiempos. El costo de cada dosis, según confiaron fuentes judiciales, sería desde los $ 300.

El grupo también está acusado de comercializar marihuana de alta calidad. Se trata de la flor de la planta (tiene mayor concentración de THC) que se vende en frascos de mermeladas o de café y su valor oscila entre los $ 3.000 y $ 5.000. El peso máximo de esos recipientes es de 40 gramos. Mientras que los 25 (conocida así porque es una medida de 25 gramos) se cotizan en la calle a $ 900 en promedio. No se informaron aún los costos del aceite de cannabis.