A poco de terminar el partido, a Domingo Miotti no sólo lo palmeaban sus compañeros de Los Jaguares. Lo palmeaba todo el rugby argentino. Natural consecuencia de haber protagonizado uno de esos momentos impredecibles que regala el deporte, cuando la lotería del traje de héroe le toca a uno.
“Sentí una sensación increíble, única, una satisfacción muy grande, pero al mismo tiempo orgullo porque el equipo haya podido llegar a esa instancia. A mí sólo me tocó apoyar la pelota: el mérito fue de mis compañeros por haber hecho la jugada que terminó en el try” contó Domingo por teléfono, desde el otro lado del Atlántico, ya de noche en Sudáfrica y con él a punto de irse a dormir, luego de haber cenado y de haber participado de una charla técnica.
El caso de Miotti es, sencillamente, singular. El hombre formado en Lawn Tennis debutaba en el franquicia argentina, pero empezó como suplente. Ingresó a los 72 minutos. A los 73 asentó un try de difícil confección, cerca de la bandera y luego marcó la conversión. A esa altura, el equipo que conduce Gonzalo Quesada aún estaba abajo en el marcador ante Bulls. Pero a cuatro del final vino el momento del partido. “Una mano bella en el armado de la jugada y una corrida extraordinaria” se dijo en medios pretorianos sobre el logro del tucumano, que se deslizó con limpieza al ingoal. Fue el 22-20, que selló un triunfo argentino en tierra sudafricana después de dos años.
Domingo, el orgullo de la familia MiottiMientras en el campo de juego del Loftus Versfeld Stadium todo el plantel de Los Jaguares era la banda de la sonrisa, en el teléfono celular de Miotti se iban amontando las muestras de cariño. Familiares, amigos, conocidos y desconocidos, buscaban que el dueño del día empezara a entender de forma contundente la naturaleza del mágico momento que acababa de protagonizar.
“Le podía haber pasado a cualquiera, fui yo esta vez, pero cualquiera de los chicos podría haber marcado el try. No soy la figura excluyente de lo que sucedió” asegura Domingo, la voz tranquila. Ante la insistencia para que cuente sensaciones de la jugada que lo puso en el pedestal del día, el apertura buscó una vez más quitarse protagonismo: “Lo que pasó fue un momento de un partido, pero ahora hay que seguir pensando en el siguiente, en el trabajo del día a día. Hay que trabajar en las falencias y mejorar aquellos aspectos que el equipo está haciendo bien”. ¿Y qué pasó después del pitazo del juez?, se le pregunta: “Festejamos, sentíamos que habíamos logrado torcer una situación difícil. Pero el momento llegó hasta ahí nomás”.
Con el buen momento vivido como un lindo recuerdo, el apertura se dio un tiempo para explicar qué había pasado en el cambiante partido, en el que Jaguares vino desde atrás en el marcador. “Pienso que en los 80 minutos de juego hubo mucho carácter del parte del equipo. Eso es algo que estamos tratando de hacer más sólido en cada partido. Pero si hay una cosa que hay que destacar del trabajo que hicimos, fue la gran defensa en situaciones límite”.
Domingo ya podría haber participado con anterioridad del proceso Jaguares. Pero el año pasado, las lesiones le quitaron oportunidades y continuidad. Viene de ser campeón en el América Rugby Championship, jugando bien en los últimos dos partidos. En lo personal, está intentando mejorar cada aspecto de su juego. “Siento que me falta bastante” asegura, antes de acercar un aspecto de su trabajo: “La patada es algo en lo que trabajo fuerte, todos los días. Apenas termino una práctica, pateo entre 8 y 10 pelotas a la hache, buscando estar fino en eso. Los progresos del trabajo se notan, pero tengo que seguir con la convicción de siempre. Reitero, siento que me falta mucho”.
Para el final, la inevitable referencia: se formó en el mismo club que Nicolás Sánchez, el hombre clave del rugby nacional. ¿Sos la nueva esperanza en el puesto?, se le consulta. “De ninguna manera soy una esperanza en la función de pateador. En todo caso, trabajo a la par del resto de los muchachos para poder hacerlo mejor, partido a partido. En ese sentido, cada uno de nosotros nos ayudamos lo más que podemos.” Genio y figura, hasta el final con el traje de la humildad.