Abrió los ojos, respondió a algunos estímulos con movimientos. De hecho, por moverse, el jueves tuvieron que repetir una parte de la resonancia magnética de cerebro que le estaban haciendo. Para el estado de gravedad extrema con el que llegó Sergio Denis al hospital Padilla, esas mejorías que pueden parecer leves, son un mundo de esperanzas.
Ayer se volvió a leer un parte médico informando sobre la salud del cantante que se cayó al foso del teatro Mercedes Sosa, el lunes 11 de marzo, durante un show. “Persiste estable a nivel cardiorespiratorio. Se le realizó resonancia magnética de cerebro, donde se identificó la presencia de lesiones contusivas ya identificadas en estudios previos. Continúa con asistencia respiratoria mecánica, sin sedación. Persiste en estado crítico de gravedad moderada”, detalló Olga Fernández, la directora del hospital Padilla.
La principal novedad fue entonces que Sergio Denis haya dejado de recibir sedación. Desde el momento del accidente el cantante estuvo primero inconsciente por el propio golpe y luego completamente sedado. Al cierre de esta edición se continuaba esperando que despertara, algo que, según la médica, podría suceder entre un día y una semana. “Cada paciente responde de manera diferente a los sedantes”, respondió cuando se le consultó lo que todos quieren saber: cuándo se despertará Sergio, a casi dos semanas de la caída a 2,5 metros de profundidad.
Los partes médicos, que al principio llegaron a ser dos por día, son cada vez más esporádicos. El próximo será recién la semana que viene, según comunicaron las autoridades del hospital, sin especificar qué día. Una vez despierto se podrá tener una idea más acabada de las consecuencias y las secuelas que podrían quedarle al artista que cumplió 70 años el sábado pasado, internado en el hospital.
En calma
A los dos días del accidente, Sergio Denis estuvo en un estado extremadamente crítico y durante varias horas se temía lo peor. Poco a poco fue mejorando hasta llegar a una “meseta”, con signos estables. Todo estuvo tranquilo los últimos días en las puertas del hospital Padilla. La guardia periodística para transmitir en directo a los programas de Buenos Aires ya se retiró, dado que los partes médicos son más esporádicos. Tampoco se acumulan los fans que hacían presencia y aguardaban las salidas de los médicos con novedades. Los carteles de aliento pegados en las puertas son el único indicativo de que allí todavía sigue peleando por su salud el cantautor.
En la provincia se encuentran sus hijos y su hermano (Carlos Hoffmann, quien es además su manager), que había viajado a Buenos Aires por unos días. Ninguno de ellos estuvo presente en la conferencia de prensa que se realizó ayer al mediodía para dar cuenta de la salud del músico.
La parte izquierda de su cerebro, que en general está vinculada a la habilidad del habla, es la que presenta los golpes más severos. Pero los médicos que están con el paciente insisten en que todavía queda camino para saber qué consecuencias tendrá y si necesitará o no rehabilitación. “Que abra los ojos es un muy buen síntoma, pero es muy arriesgado aventurar un pronóstico, más en un paciente que llegó con lesiones tan severas y en un estado tan crítico. No sabemos las consecuencias que puede llegar a tener, si las tiene. Y, si las llegara a tener, no significa que no puedan ser rehabilitables”, explicó Fernández y reiteró que se espera a que Denis se despierte para tener un pronóstico.