Vecinos y trabajadores de la zona en la que A. E. A. sufrió una agresión por parte de un extraño, que le provocó daños en la mandíbula, sienten que la inseguridad reina y que el accionar policial es insuficiente
Victoria del Val, una joven que lleva cinco días trabajando en un drugstore de avenida Sarmiento al 200 dijo: “mis compañeras me cuentan que siempre pasan robando en todo lo que es Monteagudo y la otra calle”, aseguró. “Yo ya no traigo mochila por miedo a que pase algo”.
“Cruzó la avenida y me pegó una trompada que me tiró”En la esquina donde se produjo el incidente se encuentra una panadería en la que trabajan Belén Bustos y Eugenia Ontivero. “Acá es impresionante cómo roban y nunca ponen un policía. No es la primera vez”, aseguró Belén. “Tenemos cámaras de seguridad, pero es lo mismo”, renegó.
Eugenia dijo que “los policías están de martes a viernes. Los fines de semana, cuando más se los necesita, no están”. “Los robos son en moto o caminando, no hay diferencia”, explicó.
Enzo González presta servicios de seguridad privada en un edificio de la cuadra, y opinó que los robos “siempre pasan, por lo que la cantidad de policías dispuestos aumentó”. “Se cortan las luces y queda a oscuras; llegan las 22 y está totalmente oscuro”, sentenció.
Un policía, que pidió reservar su nombre, fue designado ayer al cuidado de la esquina de Sarmiento y Monteagudo. “No sé si había personal policial acá antes que yo, o si esta es una parada fija”, dijo. “Los ladrones ven cualquier oportunidad y la toman en un segundo”, opinó. “En todos lados pasa lo mismo”.
Hace dos domingos, a la misma hora, un arrebatador causó una fractura a la docente Amira Juri en 25 de Mayo al 400, al quitarle el bolso y hacerla caer en la calle.