Un hombre identificado como Luis Pedro Arias fue asesinado ayer por la mañana en su casa de Villa 9 de julio. Sufrió dos heridas con un arma blanca que habrían sido infligidas por una mujer. La sospechosa habría intentado robarle una garrafa.
El hecho ocurrió cerca de las 7, en su casa de calle Delfín Gallo 200, en la capital. Un sobrino habría encontrado al hombre desangrándose por las puñaladas junto a la principal sospechosa (cuyo nombre no trascendió), y habría dado aviso al servicio de emergencia 911.
Tras la entrada principal de la casa se pudieron advertir manchas de sangre que cayeron sobre bolsas y otros objetos dispersados en la habitación. Esto podría ser un indicio de que en la escena se produjo un enfrentamiento.
De la escena se secuestró una tijera que podría haber sido utilizada en el hecho. Uno de los hermanos de la víctima, Ángel Arias, reconoció la herramienta sustraída de la escena del crimen. “La tijera la llevan (los investigadores); con esa le cortaba los remedios”, dijo.
La joven acusada fue aprehendida en el lugar y trasladada a la comisaría 5°, según lo que declaró Ricardo Fresneda, segundo jefe de la Unidad Regional Capital. También manifestó que la principal sospecha sería que la mujer habría entrado a la vivienda con conocimiento de Luis. “Es tarea de investigación porque no hay ninguna puerta violentada en el domicilio”, reveló. Esto sustentaría la hipótesis de un ajuste de cuentas en situación pasional, aunque no fue confirmado.
Además, Fresneda aclaró la situación de vida de la sospechosa: “esta mujer reside en Villa 9 de Julio, pero vive en situación de calle”. Finalizó diciendo que en la casa no falta ningún objeto y que en las investigaciones “no se descarta absolutamente nada”.
Otra sospecha
Los familiares de la víctima apuntan a una segunda teoría del móvil del homicidio: el intento de robo de una garrafa. Uno de los hermanos de Luis, Juan Absalon Arias (67), vive a metros de la escena, y dijo que la joven sospechosa es conocida en la zona. “Es una mujer ambulante, que anda por la calle pidiendo”, aseguró. Además, Juan aseguró que a su hermano le habían robado una garrafa en tres ocasiones anteriores.
Ángel declaró con pesar que “(A Luis) le han entrado a robar una garrafa sucia; ya le han robado un montón de veces”. Dijo que su hermano nunca había tenido problemas en el barrio. “Este changuito no molestaba a nadie: salía, ponía la silla afuera y se ponía a fumar un cigarro ahí”, expresó.
Juan se enteró de lo sucedido mientras hacía entregas de trabajos que él mismo realiza como artesano. Dijo que, cuando llegó al lugar, confrontó a la joven, y que esta habría negado responsabilidad en el hecho.
Entre enojo y tristeza, Juan contó en diálogo con LA GACETA que Luis era “nacido y criado” en esa casa de calle Delfín Gallo, y que contaba con una pensión que cobraba debido a una deficiencia que le impedía el pleno uso de sus facultades mentales. “Se perdía, era como un niño”, aclaró.
Los hermanos Juan y Ángel eran encargados del cuidado de Luis Arias.
Ángel se encargaba de cobrar la asignación que le correspondía a Luis y de llevarle remedios. “Yo venía a darle los medicamentos todos los días, él era enfermo”, aseguró.
Juan, además de ser un vecino de Villa 9 de julio, es el mayor de los hermanos Arias, con 67 años, y recibía visitas de Luis a diario. “Él pasaba por mi casa todos los días, y como es mi hermano, yo le ayudaba: le daba plata para el pan y para cigarrillos”. Sobre el vecindario, opina que “no se puede vivir”. “Es una desgracia lo que ha pasado”, finalizó.