MADRID.- 2018 fue el año más cálido en la historia del registro de la temperatura del océano. Atrapada por los gases de efecto invernadero, la energía solar se acumula en las grandes masas de agua y el calentamiento global del océano, un marcador crítico del cambio climático, se acelera.
Según un estudio que se publicará el viernes en la revista Science, ya existen pruebas sólidas de que el calentamiento global está ocurriendo más rápido de lo esperado. “Si queremos ver dónde está ocurriendo el calentamiento global, tenemos que mirar a nuestros océanos”, informó Zeke Hausfather, coautor del artículo y estudiante graduado del Grupo de Energía y Recursos de la Universidad de California, Berkeley, Estados Unidos.
Hausfather explicó que el 93 por ciento del exceso de energía solar atrapada por los gases de efecto invernadero se acumula en los océanos del mundo. “Además, a diferencia de las temperaturas de la superficie, las del océano no se ven afectadas por las variaciones año a año causadas por eventos climáticos como ‘El Niño’ o erupciones volcánicas. Por eso el calentamiento del océano es un indicador muy importante del cambio climático”, precisó el investigador.
El artículo de Science es un análisis de cuatro recientes mediciones de la temperatura del océano. Por una parte, muestra que las tendencias en el contenido de calor del océano coinciden con las pronosticadas por los principales modelos de cambio climático. Por otra, refuta por infundadas las conclusiones sobre la desaceleración del calentamiento global divulgadas durante los últimos 15 años.
Publicadas entre 2014 y 2017, las cuatro investigaciones proporcionan excelentes estimaciones de las tendencias pasadas sobre el contenido de calor oceánico. Al corregir las discrepancias entre los diferentes tipos de mediciones de temperatura oceánica, dan cuenta de las brechas en las mediciones a lo largo del tiempo.
El monitoreo del océano
Todos los días una flota de casi 4.000 robots se desplaza a lo largo de los océanos del mundo y bucea a una profundidad de 2.000 metros para medir la temperatura, el pH, la salinidad y otros datos del agua a medida que ascienden. Este batallón de monitorización del océano, llamado Argo, ha proporcionado datos consistentes y generalizados sobre el contenido de calor del océano desde mediados de la década de 2000.
Antes de Argo, los datos sobre la temperatura del océano eran escasos y se basaban “batitermógrafos prescindibles”, dispositivos que se hundían hasta las profundidades solo una vez y transmitían datos sobre la temperatura del océano hasta que se asentaban en tumbas acuosas.
Tres de los nuevos estudios incluidos en el análisis de Science calcularon el contenido de calor del océano hasta 1970 sin usar métodos para corregir errores de calibración y sesgos en los datos de Argo y los batitermógrafos. El cuarto adopta un enfoque completamente diferente. Como el calentamiento del océano libera oxígeno a la atmósfera, el cálculo se basa en mediciones de oxígeno atmosférico. Para evitar errores, toma en cuentra otros causantes de cambios en los niveles de oxígeno de la atmósfera, como la quema de combustibles fósiles.
Hausfather comentó que los científicos trabajan continuamente para mejorar la forma de interpretar y analizar lo que era un conjunto de datos bastante imperfecto y limitado antes de principios de la década de 2000. “Estos cuatro nuevos registros publicados en los últimos años solucionan muchos problemas propios de los registros antiguo. Y además están bastante de acuerdo con lo que han producido los modelos climáticos”, manifestó.
“El Quinto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), publicado en 2013, mostró que los principales modelos de cambio climático parecían predecir un aumento mucho más rápido en el contenido de calor del océano en los últimos 30 años que lo visto en las observaciones. El hecho de que estos registros corregidos estén de acuerdo con los modelos climáticos es alentador, ya que elimina un área de gran incertidumbre que teníamos anteriormente”, transmitió Hausfather.
Tormentas y huracanes
Si se supone un escenario como el actual, en el que no se hace ningún esfuerzo por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, los modelos del Proyecto de Inter-comparación de Modelos Acoplados 5 (CMIP5) predicen que la temperatura de los 2.000 metros superiores de los océanos del mundo aumentará 0,78 grados Celsius a finales de siglo.
La expansión térmica causada por este incremento de temperatura elevaría el nivel del mar 30 centímetros por encima del ya significativo aumento provocado por la fusión de los glaciares y las capas de hielo. Los océanos más cálidos también contribuyen a tormentas más fuertes, huracanes y precipitaciones extremas. (Europa Press)