Por Elizabeth Olea
La niña Micaela Ortega fue asesinada por un hombre de 26 años que la había contactado vía Facebook haciéndose pasar por otra nena. El hecho ocurrió en Bahía Blanca, en 2016, y dio lugar a la condena a prisión perpetua de Jonathan Luna, la primera sanción penal aplicada en Argentina por un caso de “grooming”.
La historia trágica de Ortega, de 12 años, exhibió uno de los costados más peligrosos de las redes sociales: su uso para reclutar menores de edad, y promover la pornografía y prostitución infantiles. En Tucumán, Mariela Domenichelli, representante local de la ONG “Mamá en línea” (mamaenlinea.org), postula que la ignorancia de los riesgos ocultos tras un canal de chat o un muro digital alientan a quienes especulan con la inocencia de padres e hijos. “La muerte de Micaela Ortega marcó un antes y después. Mónica Cid, su madre, nos dijo: ‘si mi hija hubiera sabido qué es el ‘grooming’, no estaría muerta’”.
Esta forma virtual de acoso sexual de niños y adolescentes es, en efecto, desconocida por siete de cada 10 habitantes. Por eso los engaños funcionan. Todo puede comenzar por una simple solicitud de amistad que alguien acepta para sumar seguidores o porque el perfil luce inofensivo, y terminar en una red de trata de menores o de pornografía infantil.
Arquitecta y mediadora, Domenichelli considera que la capacitación y concientización sobre el “grroming” es la forma de prevenirlo. Es el objetivo de “Mamá en línea”.
“Nuestra ONG comenzó a funcionar en 2014 con la idea de instalar el tema. En 2015 presentamos un proyecto en la Legislatura de Tucumán para fortalecer la prevención y la ley fue aprobada”, explica la dirigente.
-¿Cómo trabaja la ONG en la provincia?
-Combatimos el “grooming” mediante campañas en las redes sociales. Gracias a esta actividad logramos ponernos en contacto con varias escuelas e instituciones tucumanas. En general la interacción con los chicos es buena porque la problemática está a flor de piel. La posibilidad de compartir los testimonios transmitidos por mamás de víctimas de alguna manera genera conexión, y en las charlas vemos que los adolescentes y niños se animan a hablar. De esta forma podemos enterarnos si están sufriendo algún tipo de acoso o abuso sexual. Esta confianza surge porque la información es difundida con la inquietud y la preocupación propias de una mamá.
-¿Quiénes pueden padecer esta problemática?
-Esto nos atañe a todos. Puede estar sucediéndole a un hijo, a un sobrino, a primos, a alumnos, a hijos de amigos... Todos ellos son seres humanos vulnerables y lamentablemente resultan presas de perversos y pedófilos. Esos criminales buscan este tipo de perfiles de niños y jóvenes para captarlos y abusar sexualmente de ellos, porque ese es el objetivo del “grooming”.
-¿Es importante la formación de un área de contención a la víctima?
-Esa va a ser nuestra próxima lucha en la provincia. Yo creo que son etapas. Hoy estamos en la fase de prevención: es un tema bastante nuevo y falta mucho por hacer. La comunicación entre la Policía y las fiscalías de Instrucción debe ser más fluida. Hay que agilizar las gestiones porque hemos visto casos donde la mamá no podía llevar adelante la denuncia dado que, como requisito, piden que las pruebas sean constatadas por un escribano público y no siempre es posible pagarlo. Además, a las víctimas les cuesta ir a la Justicia por el trauma que estos hechos generan.
-¿Cómo sobrelleva una familia esta difícil situación?
-Conozco a mamás de víctimas y la situación es tremenda porque afecta obviamente a toda la familia. El aterrizaje en esta realidad suele ser duro, más aún cuando han sucedido situaciones graves. Por eso creo que la próxima etapa tiene que implicar la instalación de un centro que no solamente se ocupe de la campaña de prevención sino también del tratamiento y la contención de las víctimas de “grooming”. El manejo de este tema exige la intervención de un equipo interdisciplinario, que incluya a especialistas de informática.
-¿Cuál sería la clave en la lucha contra el “grooming”?
-Lo fundamental, insisto, es la campaña de concientización. Debemos tomarnos en serio este delito, que no sólo puede llevar al abuso sexual sino también a la muerte. Es mucho lo que podemos perder por un descuido. “Llegamos tarde”, dijo la madre de Micaela Ortega. Eso no debe volver a suceder.