La policía de París reprimió hoy con gases lacrimógenos y cañones de agua a cientos de manifestantes que por tercer fin de semana tiraron piedras a los agentes y levantaron barricadas en el centro de París, quemaron maderas y hasta hicieron pintadas en el Arco del Triunfo para protestar contra el aumento del impuesto a los combustibles en Francia.
Casi 130 personas fueron detenidas y 20 resultaron heridas por los disturbios, que empezaron cuando los cientos de personas comenzaban a llegar a las inmediaciones del Arco del Triunfo, el famoso monumento ubicado en uno de los extremos de la avenida de los Campos Elíseos, y fueron reprimidas tras intentar forzar un control policial.
Manifestantes, algunos encapuchados, apilaron maderas sobre la icónica avenida y les prendieron fuego.
La policía trató de hacerlos retroceder con gases lacrimógenos y con cañones de agua mientras se atajaba con sus escudos de las piedras que se les arrojaban.
Otros alborotadores removieron las vallas que protegen la Tumba del Soldado Desconocido, el cenotafio en honor a los militares muertos en la Primera Guerra Mundial, para colocarse bajo la llama eterna y entonar el himno nacional francés, pero rápidamente fueron dispersados.
Tras forzar las barreras, alguien escribió en las paredes del Arco del Triunfo un grafitti que decía: "Los chalecos amarillos triunfarán", en referencia a los chalecos fluorescentes que usan los manifestantes.
Con el presidente Emmanuel Macron en Buenos Aires por la cumbre del G20, el primer ministro francés, Edouard Phillip, condenó la violencia "rara vez vista" contra las fuerzas de seguridad y la vandalización de algunos de los monumentos más venerados del país.
"Quiero decir lo mucho que me ha sorprendido este cuestionamiento a los símbolos de Francia: el hecho de que el Arco del Triunfo haya sido marcado, de que alrededor de la tumba del soldado desconocido pudiera tener lugar una manifestación", dijo el premier en sede central de la policía de París, informó la agencia de noticias EFE.
Phillipe dijo que 5.000 personas se manifestaron en París y 36.000 en toda Francia.
Las fuerzas de seguridad movilizaron unos 5.000 agentes en la capital.
Al menos 129 personas fueron detenidas en París y 20 resultaron heridas, entre ellas seis policías, informó el canal Bfmtv, que citó a fuentes policiales.
Pese a los disturbios, más de 5.000 personas se manifestaron de manera pacífica a lo largo de los Campos Elíseos, en la tercera semana de unas protestas que se iniciaron por la subida de los impuestos al combustible pero se han ampliado a la disminución del poder adquisitivo de las clases medias rurales.
El movimiento, de los mayores desafíos que enfrenta Macron desde su asunción en mayo de 2017, no tiene líderes ni ideología clara y surgió en la periferia de Francia, donde el transporte público es escaso y el auto se convierte en un medio vital para trasladarse de un lado a otro.
El impuesto fue impulsado por Macron para reducir las emisiones de carbono forzando el viraje hacia las energías renovables.
El aumento de los precios del combustible en el mismo año en que se ha suprimido el impuesto sobre las fortunas, le ha valido al mandatario el apodo de Luis XIV, el monarca al que se le atribuye la frase: "Tomen dinero de los pobres, son muchos y nunca se quejan".
Ante la llegada de los manifestantes, las autoridades cerraron el tránsito en los Campos Elíseos.
Al ver el operativo de seguridad montado por la policía, los comerciantes de la zona se prepararon frente a los posibles disturbios colocando tablones de maderas frente a sus locales, advertidos por los destrozos de la marcha del 24 de noviembre.
Esta semana, el gobierno intentó bajarle el tono a las protestas con el anuncio de una serie de medidas para paliar el impacto del impuesto, pero no retrocedió en su postura.
El primer día de protestas, el 17 de noviembre, unas 282.000 personas se congregaron en todo el país mientras que 114.000 lo hicieron el sábado pasado.
Entre los manifestantes hay muchos jubilados y habitantes de pequeñas áreas urbanas y rurales, que han bloqueado peajes y autopistas e incluso han amurallado las oficinas de impuestos.