CÓRDOBA. Leo Noli, enviado especial para LG Deportiva.- “Salvo el partido contra Godoy Cruz, siempre que comenzamos en desventaja lo terminamos dando vuelta”. La frase de Luis Miguel Rodríguez deja en claro que a Atlético no es fácil voltearlo. Todo lo contrario.
Partido tras partido, fecha a fecha el “Decano” da muestras de que es cosa seria y que serán muy pocos los equipos que podrán torcerle el brazo en estos tiempos. Atlético dio cuenta de Belgrano y ahora espera con todas luces el clásico contra San Martín.
Con otro golazo de colección, "Pulguita" Rodríguez rubricó la victoria de Atlético“Comenzamos con un resultado adverso, en una cancha complicada y contra un equipo que juega bien. Pero estamos pasando un gran momento colectivamente; no es casualidad la posición que ocupamos en la tabla”, aseguró “Pulguita”, elegido por TNT Sports como el jugador del partido, luego de esa “perlita” que selló el 3-1 final.
“Estamos muy bien”, remató el simoqueño como si faltara esa afirmación. Su equipo ganó ocho juegos de los 13 que lleva disputado, igualó cuatro y sólo cayó en Mendoza contra Godoy Cruz. Por eso, en 25 de Mayo y Chile ya se ilusionan con pelear el primer puesto de la Superliga y se frotan las manos pensando en el duelo del próximo sábado contra el rival de toda la vida. “Salimos a buscar los partidos en todas las canchas y eso es lo destacable”, reveló Rodríguez la fórmula del éxito de una campaña que ya no sorprende para nada. “Somos un equipo trabajador, que nunca se da por vencido. Dimos muestras de que cuando nos tocan el orgullo, redoblamos nuestro esfuerzo, vamos con todo y terminamos dando vuelta cualquier historia, por más difícil que sea”, sentenció quien ya pide una estatua en la galería de la fama “decana”.
Mirá la jugada con 18 pases, que terminó en el gol de Leandro DíazAtlético gana en todos lados, no importa dónde juegue ni cuál rival tenga enfrente. A todos los equipos, tarde o temprano le termina doblando el brazo. Por eso, el plantel sabe que es el momento justo para recibir al “primo” y ponerle la frutilla del postre a un momento que es monumental.