Y un día, volvió a escucharse en las tribunas de La Caldera del Parque el histórico canto: “¡Tucumán, Tucumán!” Así, como el sonido de un tambor, para darle ánimo al seleccionado “naranja” frente a un Brasil que no vino de paseo. Ambos equipos entregaron un gran espectáculo al muy buen marco de público que fue testigo de la victoria tucumana por 34-31 en la cancha de Lawn Tennis. Al final, un penal de Tomás Albornoz a minuto y medio del cierre le dio el triunfo a los “Naranjas”, y aunque siempre es mejor irse ganador que con la cabeza hacia abajo, lo cierto es que el resultado fue más bien anecdótico. Lo verdaderamente importante es que Tucumán tuvo un rival a la altura con el cual medir fuerzas en una temporada que pudo haberse cerrado sin ningún partido.
Fue un duelo muy entretenido, de mucha intensidad. Brasil tomó ventaja gracias a su superioridad en el scrum (que se mantuvo todo el partido) pero Tucumán se fue acomodando (llegó con pocas prácticas y algo desgastado) y logró darlo vuelta con muy buenos tries de Pablo Avellaneda, Santiago Pérez y Jorge Domínguez (una conquista colectiva de una punta a otra). Fue una experiencia positiva para Tucumán, que después de mucho tiempo volvió a contar con el aliento de miles de personas.