“¡Misión cumplida!” fue la frase con la que el compositor argentino Lalo Schifrin (foto) cerró su discurso de agradecimiento del Oscar honorífico otorgado por la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas a su trayectoria. La ceremonia se realizó el domingo, sin la pompa de otras veces en señal de respeto a las víctimas de los incendios que afectan Estados Unidos.

El músico nacido en Buenos Aires el 21 de junio de 1932 es el autor de bandas de sonido inmortales para las series “¡Misión imposible!” (la creó para la televisión de los 60 y sigue sonando en la saga fílmica), “Mannix” y “Starsky y Hutch” y en cine, “Bullitt”, “Tasngo” y “Harry el sucio” (recibió la estatuilla de su gran amigo, Clint Eastwood), entre un centenar de títulos. Trabajó con Dizzy Gillespie, Xavier Cugat y Los Tres Tenores. Ganó cuatro Grammy, un Emmy y un Konex, tiene una estrella en el Paseo de la fama de Hollywood. Estuvo nominado seis veces a los Oscar por mejor música original, pero nunca lo obtuvo.

Hijo de un violinista sinfónico, comenzó a tocar el piano a los seis años y se formó en el Conservatoire de París, donde se volcó al jazz, género que marcó todas sus obras. En su discurso, recordó que cuando empezó “al jazz se lo consideraba inmoral, no podía ir a comprar esos discos porque estaba prohibidos, pero la música es un lenguaje universal que no necesita subtítulos”. Acerca de la diferencia entre escribir para la pantalla chica y la grande, aclaró: “la música para películas es como escribir una carta; la música para televisión es como un telegrama”.

Aparte de Schifrin, recibieron estatuillas Kathleen Kennedy, productora de “Star Wars” (hizo un alegato por la diversidad en Hollywood y para que las mujeres asuman mejores roles en la industria); su esposo Frank Marshall; la actriz afroamericana Cicely Tyson, a punto de cumplir 94 años, y el publicista Marvin Levy.