El retrato social, imágenes que reflejan fragmentos de la vida de la gente común y su contexto, hoy se encuentra atravesado por el concepto de “emergencia”. Es una palabra más contundente que “crisis”, según afirma Virginia Serrano al explicar por qué eligió ese título para la muestra colectiva que inauguró el sábado en Estudio Abasto (General Paz 1.480), junto a Alejandro Contreras Moiraghi, Rosalba Mirabella, Ramón Teves, Soledad Mascaró y Cristian Robles.
“El título (Emergencia) se refiere a la crisis que atraviesa la sociedad. No hay una persona que no se sienta afectada. Llegamos al punto de sentirnos angustiados y llorar -dijo la artista-. Antes uno veía niños en una esquina con semáforos pidiendo limosna, ahora hay en las cuatro esquinas”. Serrano expone una serie de retratos textiles, bordados o pintados, que se titula “¿Familias funcionales?”. Otra serie, llamada “Canasta familiar”, reúne sublimaciones (impresiones en tela) que reproducen productos básicos como fideos y arroz, junto a una lata de caviar. “Están como equiparados en precio”, bromea.
En el retrato que elabora el fotógrafo Teves hay una paleta muy amplia. En muchos aparecen personas de su propia familia, que posan como personajes en un escenario, con vestuario y objetos. Tiene varias obras inspiradas en “La última cena”, que es un clásico de la historia del arte, y en su caso predomina un fuerte color local. Familias o grupos reunidos en torno de una mesa, en localidades campesinas o en un mostrador del Mercofrut.
Teves, junto a Contreras Moiraghi y a Daniel Sánchez (arquitecto), gestionan Estudio Abasto, donde siempre hay una muestra en la sala de exhibición. Para visitarla hay que llamar a los teléfonos 3815947741 o 3815390334. También funcionan en el mismo sitio talleres de plástica, arte textil y fotografía.
En la nueva obra que expone Contreras Moiraghi, de la serie “Si bebe no conduzca”, se mantiene el concepto que venía trabajando pero hay un cambio estético. Utiliza como fondo monocromo la reproducción pictórica de una imagen fotográfica. En este caso, las botellas, vasos y platos que quedaron en la mesa luego de una reunión familiar. El artista sugiere la presencia de una resaca que es fruto de la “intoxicación” producida por el duro presente que atraviesa la sociedad. Encima de esa imagen salpica una serie de iconografías que parodian la manipulación de los medios, e imágenes y textos que ironizan sutilmente o de manera directa (“si bebe no conduzca un país”) sobre el mal manejo del Estado por parte de los gobernantes.
“Hay noticias que todo el mundo conoce, pero a veces se olvidan -argumentó el pintor-, como lo que sucedió hace muchos años (en 1999) cuando Mauricio Macri volvía de una fiesta con dos jugadores de Boca, su auto atropelló a dos chicas de 14 y de 16 años y la menor murió. La imagen del autito hace referencia a eso. También hay una iconografía sobre la basura, donde el rico tira y el pobre levanta, y una alusión a la incomunicación con dos latitas unidas por un hilo”.
Por su parte, Robles, otro fotógrafo de la muestra, presentó un conjunto de imágenes dispuestas como un gran mosaico, que van dialogando entre sí. Instantáneas de saqueos, inundaciones, de momentos de trabajo y de barrios humildes. Su cámara recorre lugares como La Bombilla, El Sifón o La Costanera. Su trabajo comenzó en Villa 9 de Julio, donde el artista nació y creció.