Desde Finlandia llegó a Tucumán para exponer sobre microbiótica intestinal, alimentos fermentados y su incidencia en la salud. El doctor Seppo Salminen es profesor de la Universidad de Turku, Finlandia, y reconocido en todo el mundo por sus innovadoras investigaciones en la dieta alimentaria.
Salminen fue el invitado estrella a las Jornadas de Actualización en Probióticos y Nutrición, organizadas por el Centro de Referencia para Lactobacilos (Cerela), que depende del Conicet. La anfitriona fue la directora del Cerela, Adriana Pérez Chaia, junto con Gabriel Vinderola, miembro de la Universidad Nacional del Litoral e investigador del Conicet, de Santa Fe, y la doctora Gabriela Zárate, investigadora del Conicet.
El especialista finlandés es director del foro de alimentos saludables y es considerado un referente internacional en probióticos. Uno de los temas de debate fue la microbiótica intestinal del recién nacido y cómo eso influye en el estado saludable a lo largo de la vida.
-¿Qué consejos le daría a una madre para la alimentación del bebé?
-Que consuma alimentos fermentados (como el yogurt) durante el embarazo, y también durante la lactancia. Si hay guías alimentarias, como sucede en varios países, que se incorporen los alimentos fermentados en los chicos. Esas recomendaciones varían: hay lugares que aconsejan incorporar el yogurt a partir de determinado tiempo; además la lactancia materna prolongada también es recomendable.
-¿Qué impresión le generó el programa Yogurito que nació hace 10 años en el Cerela?
-Estoy muy impresionado; es algo único en el mundo, porque nadie ha logrado manejar un cultivo probiótico de esta forma para que llegue a más de 300.000 chicos. Sería muy importante poder aprovechar toda esa cantidad de datos que se están generando después de 10 años de implementado el programa y comparar cómo es el estado de salud de los chicos que consumen yogurito, que por estudios clínicos se sabe que van a estar mejor, respecto de quienes no lo consumen.
-¿Considera que este programa podría imitarse en otros países?
-Es difícil imitarlo en la extensión que tiene esto. Aquí son 300.000 chicos que lo consumen. Algo así se trató de hacer en África, específicamente en Tanzania, pero aquí se ve que está muy organizado, los actores están muy comprometidos, las maestras están formadas y estas cosas son posibles porque los padres entienden y apoyan el programa, porque si no sería muy difícil implementarlo y aquí está todo muy bien organizado.
-Su exposición se titula “Microbiota intestinal, alimentos fermentados y salud”, ¿cuál es el eje de su disertación?
-Tendrá que ver con la importancia de los alimentos fermentados, el yogurito es un alimento fermentado, y la importancia de incorporar bacterias a nuestra dieta, a nuestro intestino, la importancia para la salud, día a día; a veces cuando uno dice bacteria la gente se asusta, pero las que tienen estos alimentos son benéficas y están en alto número.
-En la vida cotidiana, ¿cómo se nutre a los bebés y a los niños en relación al consumo de estos alimentos fermentados?
-Estamos comiendo dietas demasiado estériles; hay demasiados alimentos procesados, sin microorganismos, por eso incorporar estos alimentos a la dieta incorpora los microorganismos, porque nuestro intestino necesita el contacto con microorganismos para mantenerlo funcionando de manera adecuada. Me parece que la dieta en general que hace la gente está muy desprovista de bacterias. Al incorporar alimentos fermentados, como el yogurt, hace que la dieta vuelva a tener bacterias de las buenas.
-¿Falta educación o información para acceder a esta área que está en desarrollo?
-Sí. El programa yogurito logra esto de educar, educan a los chicos y también a las familias y eso se expande, porque uno comparte esa experiencia y también habría que promover que se trabaje en educación, en difusión para que se incorporen los alimentos fermentados. Espero que en 2020, en Europa, las recomendaciones alimentarias digan que uno tiene que consumir alimentos fermentados.