Fue la primera en llegar a la marcha. A las 9.30, Amalia Ojeda arribó en taxi a los tribunales penales. Bajó cargando las pancartas que desde hace dos años levanta en cada marcha. En silencio comenzó a pegar los afiches con diferentes consignas. “Dónde están Milagros (Avellaneda) y Benicio”, “Rejas, decí que hiciste con tu hijo”, “Basta de Impunidad”, se lee en algunos de los carteles. No es una fecha cualquiera: se cumplen dos años desde que Milagros y su hijo Benicio desaparecieron.
Por el caso hay un detenido: Roberto Carlos Rejas. El ex guardiacárcel, de 30 años, fue acusado por “homicidio agravado por alevosía (por el niño) y por violencia de género (por Milagros)” y de “privación ilegítima de la libertad”. Está alojado en Villa Urquiza. La familia de Milagros esperaba que el juicio oral se realizara antes de fin de años. Pero una serie de planteos de la defensa del acusado demoraron la concreción del debate.
Desde el 28 de octubre de 2016, nada se sabe del paradero de Milagros y su hijo. “Él dijo que estuvo ese día con Milagros y Benicio en el parque 9 de Julio. Ella le mando un mensaje a su amiga Flavia Mamani donde le decía: ‘Roberto me está pegando’. Flavia le preguntó: ‘Dónde estás’. Desde el celular de Milagros le respondieron: “No me busques porque se cansó de pegarme y está tranquilo”, recuerda Amalia. En ese momento ambos teléfonos fueron apagados. El de Rejas volvió a ser activado recién siete horas después.
“Qué hizo durante ese tiempo. Todo lo que dijo es mentira. El 3 de noviembre buscó por internet cómo descomponer un cadáver rápidamente y el 4, lavó su auto con clarificantes a vapor y ácidos. También busco información en el centro de monitoreo para saber quién manejaba las cámaras. Además sabía de los allanamientos, como se ve en los mensajes de texto en su celular”, dijo.
Amalia pide que Rejas espere el juicio en prisión. “Hay posibilidades de que salga libre. No queremos eso. Pedimos que nos den garantías de que no se va a dar a la fuga, tiene todos los contactos para escapar”, señaló.
“Siento dolor y angustia, tengo el corazón partido en mil pedazos. Si estoy de pie es por Milagros y mis nietos, ellos son mi luz y mi fuerza. Pero no voy a permitir que este maldito siga haciendo daño, espero que las autoridades no nos desampare y que lleguemos ya hasta el juicio”, concluyó.
Demoras
“Estamos con graves demoras a causa de planteos innecesarios de la defensa de Rejas, que está dilatando el proceso”, señaló Silvia Furque, abogada de la familia Avellaneda.La defensa de Rejas apeló la prisión preventiva. La Fiscalía a cargo del caso pidió una prórroga de esa medida restrictiva. El Juzgado V le dio seis meses más, que se vencen en noviembre. Ahora, la Cámara de Apelaciones tiene que resolver la elevación a juicio y el planteo de prórroga de la prisión.
Junto a Rejas podrían ser juzgados su novia Alicia Ávila, una persona que intentó cobrar la recompensa por aportar datos a la causa y un compañero de trabajo del Rejas, que no habría querido entregar el teléfono del acusado.