“Nos obligan a hacer servicios adicionales. Al agente que no los hace, lo trasladan y castigan”, declaró Darío Mauricio Sandoval, un uniformado que se presentó ante la Justicia para denunciar las irregularidades que se cometen con este sistema.
Sandoval cumplía tareas en la Policía Criminalística Norte, su especialización. El martes, se encadenó frente a la Casa de Gobierno para reclamar contra su traslado a la seccional 8°. Según remarcó, se habría tratado de una represalia contra sus acusaciones de posibles irregularidades en una comisaría. Luego se trasladó hasta Tribunales donde declaró ante la fiscala Adriana Giannoni, la misma que inició una causa porque en Yerba Buena habría más uniformados realizando servicios adicionales que custodiando las calles.
En la Legislatura se recalentó el debate por esta tarea policial“El personal que hace servicios adicionales en bancos o negocios es aquel que tendría que estar de guardia y haciendo recorridos”, expresó ante la Fiscalía. Como ejemplo, el policía contó que la comisaría de Lules dispondría cinco patrullas para cuidar el boliche “Country”, dejando sin vigilancia a la ciudad. “El año pasado hubo un homicidio a 20 cuadras de ese lugar, pero a nadie le importó porque se cuidaba el boliche, dado que el dueño del local había pagado al jefe directamente”, enfatizó. “Al policía que se niega a hacer adicionales lo castigan con sumarios o lo trasladan”, insistió.
En su declaración, el agente nombró al actual jefe de la Policía, José Díaz, al relatar situaciones en momentos en que este último se desempeñaba como titular de la Unidad Regional Este (URE). Sandoval recordó que en 2013, cuando cumplía funciones en la comisaría de Banda del Río Salí, se negó a realizar un servicio. “Le dije a ‘Pepe’ Díaz que no iba a cumplir ningún adicional. Me sancionaron ahí por falta de respeto a un superior”, contó. “Me había dicho que era el único rebelde que no quería hacer los servicios, y me pidió el apellido. Me sancionaron con un arresto de 25 días, y se había hecho figurar como un caso en el que no usaba la gorra”, señaló.
Piden eliminar los servicios adicionalesDíaz, ante la consulta de LA GACETA, dijo que no conocía a Sandoval y que “nunca había trabajado con él”. “No puedo opinar sobre esa denuncia. La fiscala recibió la denuncia, que investigue”, respondió.
Sandoval contó que su odisea se inició el 1 de septiembre pasado. Ese día, el policía se había presentado en la comisaría local para “dejar constancia de los daños materiales”, producto de un accidente de tránsito en el que había participado su pareja. “Sabía que no se podía secuestrar el vehículo, ya que no había víctima. Un oficial me dijo: ‘mirá Sandoval, si querés llevarte el auto ‘ponete’ con $ 5.000, con eso paramos la bola a la fiscalía y a Criminalística’; yo ahí no muerdo un peso, queda todo para ellos’”, relató ante la Justicia. Sandoval mostró la chapa oficial y se presentó luego como policía. Reclamó a los oficiales “que le querían sacar plata”, de acuerdo a su relato. “Recibí amenazas y fui acusado de agredir y amenazar con un arma al otro conductor del accidente. Tiempo después, me dijo que en la comisaría le habían hecho firmar un papel sin permitirle leer antes la denuncia”, indicó.