Los sonidos secos de la pistola ametralladora que dispara durante más de 30 segundos un supuesto integrante del Clan Toro dejó al descubierto el poder de fuego que tienen esas organizaciones que están sospechadas de dirigir redes de narcomenudeo.
El hecho no es nuevo. Y el arma utilizada en el ataque ya fue secuestrada por la Policía. Pero las imágenes del video al que tuvo acceso LA GACETA es un cruento baño de realidad que nunca antes se había registrado y, mucho menos, difundido.
El ataque ocurrió el sábado 8 de septiembre. En una siesta como cualquier otra, dos jóvenes descendieron de una camioneta VW Amarok blanca en Blas Parera al 600 y comenzaron a disparar sin piedad.
Una pelea entre clanes aterroriza al barrio EcheverríaEn las imágenes se los puede ver a dos jóvenes. El que tiene la pistola ametralladora sería “Maxi” Toro, uno de los jóvenes más pesados del grupo. El otro, según la fuente que envió el video, sería un tal “Flaco”, que estaría vinculado sentimentalmente a Margarita Toro, la jefa de la organización.
En un principio se creyó que ese hecho fue un ataque a Los Carrión, familia con la que los acusados mantienen una rivalidad desde hace más de una década, pero en las imágenes quedan registrado que disparan hacia otro lado.
En ese tiroteo resultó herido un joven de 30 años que circulaba en un Audi por la zona. Nadie hasta el momento pudo determinar las razones del ataque. Una vez más, el manto del silencio frenó la investigación.
El juicio por un crimen enfrentó a dos clanes en TribunalesEl video muestra además calles vacías. Los vecinos, aterrados, se refugiaron en el interior de sus domicilios. Solo los perros de la cuadra se atrevieron a hacerle frente a los violentos. Pero también sufrieron las consecuencias. Queda en claro que “Maxi” le disparó a uno de los canes que lo atacó cuando disparaba.
La causa quedó en manos del fiscal Pedro Gallo, quien ordenó realizar una serie de allanamientos cuatro días después de haberse producido el hecho.
En una casa del barrio El Matadero, los policías encontraron la pistola ametralladora que habría sido utilizada, más de 340 proyectiles y un poco más de un kilo de cocaína.
Los investigadores aún recuerdan dos hechos que sucedieron durante la medida.
Cuando se realizaba el allanamiento, una veintena de jóvenes, que serían soldaditos de Los Toro, se ubicaron en la misma cuadra acelerando sus motocicletas.
Pese al acto intimidatorio, los policías realizaron su trabajo con normalidad. El segundo fue hasta insólito. Antes de que le dijeran nada, el dueño de casa les dijo: “esto no es de Los Toro”.