SALTA. Federico Espósito, enviado especial de LG Deportiva).- A falta de salteños en el equipo (Juan Figallo debió volver a Inglaterra y se lesionó, mientras que Diego Fortuny no fue convocado), los Pumas tucumanos jugaron de locales en el “Padre Martearena”. El tradicional “aplausómetro” tuvo a Nicolás Sánchez, Matías Orlando y Ramiro Moyano entre los más vitoreados durante el anuncio de las formaciones, lo que fue un gran motivo de orgullo para sus familiares, presentes en el estadio.
Aunque “Cachorro” no pudo completar el primer tiempo a causa de una lesión que ya se presagiaba durante las prácticas de la semana, el apertura al menos pudo aportar tres conversiones que lo consagraron como goleador del torneo, al igual que en 2014.
El camino inverso fue para Orlando y Moyano, quienes regresaban a la titularidad tras sendas lesiones. Para el concepcionense fue el primer partido de titular (había estado entre los suplentes ante Nueva Zelanda) y volvió como si nunca si hubiera ido. Fue un buen regreso el del “Tostao”, con try incluido. “Para él es una alegría muy grande este regreso. Después del gran primer semestre que tuvo, estuvo bajoneado en este último tiempo porque no lograba recuperarse del todo. Pero ya está, ya está donde más le gusta, que es en la cancha”, cuenta su padre, Gabriel Orlando, que llegó a Salta junto a toda su familia para alentar a Matías. “Se lo nota muy afianzado dentro de la cancha. Es su momento. Espero que le dure y que lo disfrute”, anhela Gabriel.
“Rama”, por su parte, tiene en su hermano Rodrigo a su hincha número 1. “Lo admito, como hermano de él, soy poco objetivo. Pero creo que hace bastante tiempo vienen demostrando cosas buenas. Es que las condiciones siempre las tuvo, sólo le faltaba tener un poco más de rodaje. Hoy está con mucha confianza, y eso es porque está jugando más que nunca”, considera Rodrigo, que también jugó desde siempre en Lince y lo conoce como nadie.
“Sinceramente, no estoy viendo nada que ya no le haya visto hacer antes. Lo que hace hoy es lo que hizo siempre, en la primera de Lince, en el seleccionado o en la M15 del club. Pasa que hoy lo ves hacerlo contra los mejores. Te ponés a ver el try que le hizo a los All Blacks y no podés creer que la haga tan fácil. Y en eso tiene que ver mucho que físicamente está en su mejor momento”, agrega “Mosca”, con el pecho inflado de orgullo. “Yo vivo con mi mujer y mi hijo, y ella sabe bien que los sábados son de Ramiro. Juegue a la hora que juegue, no importa si es las cuatro de la mañana o las siete de la tarde, hay que verlo. Y si existe la posibilidad de ir adonde juegue, nos vamos”.