El Comité Nobel lanzó hoy un contundente mensaje contra la violencia sexual en conflictos armados al galardonar con el Nobel de la Paz a un médico que trabaja por la sanación de las víctimas y a una de esas víctimas convertida en testigo y activista: el ginecólogo congoleño Denis Mukwege y la iraquí Nadie Murad.
Ambos vieron reconocidos "sus esfuerzos para poner fin a la violencia sexual como arma de guerra y conflictos armados", anunció el Comité Nobel en Oslo. Cada uno a su manera contribuye a visibilizar el problema para que los responsables puedan ser juzgados, añadió.
La institución envía así "un mensaje de toma de conciencia (...) de que las mujeres necesitan protección y los perpetradores deben ser perseguidos y juzgados", dijo su presidenta, Berit Reiss-Andersen. "Denis Mukwege ha dedicado su vida a defender a esas víctimas. Nadia Murad es testigo de los abusos perpetrados en su contra y contra otros", añadió.
Mukwege, de 63 años, pasó gran parte de su vida adulta ayudando a las víctimas de la violencia sexual cometida por guerrilleros en la República Democrática del Congo, tratando a miles de pacientes, defendiendo su causa y trabajando por su reinserción.
En su hospital en Kivu del Sur ha tratado a miles de mujeres violadas, les ha dado apoyo psicológico, así como asistencia jurídica y financiera, y hace constantes llamamientos a llevar ante la justicia a los responsables. Tras un discurso ante la ONU en 2012 en el que llamaba a condenar a los grupos rebeldes por ello sufrió un atentado del que salió ileso. Por su trabajo fue reconocido con el Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2014.
El anuncio del premio le sorprendió en la sala de operaciones. "Empezaron a venir mujeres y hacer ruido alrededor del quirófano. No estaba prestando atención al o que estaba pasando", contó al diario "VG" en una conversación telefónica desde el hospital de Panzi en Bukavu. "Pueden imaginar lo que me emocioné", dijo antes de que se cortara la conexión telefónica. La televisión noruega NRK había difundido imágenes de mujeres que celebraban la noticia en el hospital.
Nadia Murad, miembro de la minoría yazidí duramente perseguida por la milicia terrorista Estado Islámico, fue víctima de este tipo de delitos. Sin embargo, "se negó a aceptar los códigos sociales que obligan a las mujeres a permanecer calladas y avergonzadas por los abusos de los que han sido víctimas. Ha demostrado un coraje inmenso para mostrar su sufrimiento y alzar su voz en nombre de las víctimas", señaló el Comité.
"Nadia estaba llorando cuando hablé con ella por teléfono. Está llorando y no puede hablar ahora", dijo su hermano, Saoud Murad, a la emisora pública noruega NRK. Es una maravillosa noticia y un gran alivio para nuestro pueblo".
Murad, que tiene hoy 25 años, sobrevivió a tres meses de secuestro y violaciones a raíz del asalto masivo del EI al norte de Irak contra los yazidíes, seguidores de la religión original de los kurdos y considerados herejes por los extremistas sunitas.
Consiguió escapar de sus captores y ahora vive en Alemania. Actualmente trabaja por las víctimas de las torturas y abusos de la milicia terrorista como embajadora de buena voluntad de la ONU para la Dignidad de los Supervivientes de la Trata de Personas desde 2016.
Murad fue sólo una de las 3.000 mujeres de la minoría yazidí que fueron sometidas a abusos sistemáticos y utilizadas como arma de guerra por el EI, recordó el comité.
Este año el jurado tuvo que decidir entre 331 candidatos propuestos, 216 personas y 115 organizaciones. Los galardonados estaban en las apuestas teniendo en cuenta que este año los abusos sexuales han cobrado actualidad en el marco del movimiento #metoo, de cuyo comienzo se cumple hoy justamente un año.
En su citación, el comité recordó que han pasado diez años desde que el Consejo de Seguridad de la ONU adoptó la Resolución 1820 que "determinó que el uso de la violencia sexual como arma de guerra y conflictos armados constituye tanto un crimen de guerra como una amenaza para la paz y seguridad internacionales".
El Estatuto de Roma adoptado en 1998, que rige el trabajo de la Corte Penal Internacional (CPI), subraya también que la "violencia sexual en la guerra y conflictos armados constituye una grave violación del derecho internacional".
El trabajo de Mukwege y Murad cumple los criterios fijados por Alfred Nobel en su testamento, señaló el Comité. "Un mundo pacífico sólo puede alcanzarse si se garantiza y protege los derechos fundamentales y la seguridad de las mujeres durante la guerra". Tanto Mukwebe como Murad pusieron en riesgo sus vidas para luchar valientemente contra los crímenes de guerra y buscar justicia para las víctimas.
El año pasado el Comité entregó el galardón a la Campaña por la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) "por su trabajo para llamar la atención sobre las catastróficas consecuencias humanitarias de cualquier uso de armas nucleares".
Al igual que los Nobel de Medicina, Física, Química -ya anunciados- y Literatura -suspendido este año a raíz de un escándalo de abusos-, el Nobel de la Paz está dotado con nueve millones de coronas suecas (unos 861.000 euros/un millón de dólares, al cambio actual) y la ceremonia de entrega tiene lugar el 10 de diciembre, coincidiendo con el aniversario de la muerte de su fundador, Alfred Nobel. El lunes se anunciará el Nobel de Economía.