Se creían extintos en nuestra provincia. O por lo menos para quienes no tienen el ojo experto. Hasta que una foto de un tucán registrada en El Corte revive el debate de si estas aves han vuelto para quedarse. “Mientras mantengamos la zona bien arbolada y sin contaminación, lograremos que estos y otros amigos sigan con nosotros”, comentaron miembros de un grupo ambientalista de la zona por las redes sociales. En la misma publicación, unos minutos después, subieron otra foto: ya eran tres los coloridos individuos que se posaban en unas ramas secas de una escuela de San Pedro de Colalao. Contrastante paisaje. “Nuestra especie bandera desde ahora”, festejó otro usuario en la red social. LA GACETA ya había publicado que el parque Sierra de San Javier se había convertido en el hogar que eligieron los tucanes, luego de que años después de haber desaparecido se los divisó nuevamente en 2010, cerca de Potrero de las Tablas, en el camino que une San Pablo con Villa Nougués, y en Horco Molle.
Con estos nuevos avistajes publicados en Facebook, el ornitólogo Diego Ortiz opina que pasados siete años de los primeros registros, no hay indicios claros de que estemos frente a una población en crecimiento. “Los tucanes son animales muy llamativos, por lo que no es difícil observarlos. Sin embargo, los registros continúan siendo relativamente escasos y de pocos ejemplares (nunca más de seis)”, afirmó Ortiz, que junto con Julio César Mamaní, Pablo Quiroga, José Rodríguez y Juan Pablo Juliá tienen publicaciones sobre la reaparición de esa especie que se creía extinta.
“Desde hace unos años estoy haciendo un seguimiento de la especie en la Reserva San Pablo: sólo dos ejemplares son observados durante algunos meses del año y luego desaparecen y no se han encontrado indicios de reproducción. Pero están en la zona. La reserva privada ubicada en Villa Nougués, más la sierra de San Javier, son dos áreas naturales protegidas que estarían conservando esta llamativa y hermosa ave”, añadió el biólogo.
Vecinos
Desde hace unos tres años los vecinos de El Corte venían observándolos, pero no podían fotografiarlos porque, según ellos, las aves se escabullían rápidamente entre las yungas. Así también aprendieron a escucharlos, a identificarlos por su sonido particular, que se repite en los amaneceres y atardeceres de la zona pedemontana.
El miércoles pasado, Gonzalo Padilla fue quien logró captar un ejemplar en esa zona donde él vive.
Padilla es zoólogo y especialista en medio ambiente. Entonces, en la charla con nuestro diario, no fue raro que terminara hablado sobre cómo los humanos atentan contra el arbolado urbano de la zona y de cómo de esa manera dañan todo un ecosistema ideal para este tipo de aves. Agregó que si bien están invadidos por una especie exótica llamada ligustrum, ha visto los tucanes comer de esos árboles. ¿Y qué pasaría si alguien sacara esos ejemplares? La pregunta que él se hace tiene una respuesta obvia.
“Los desmontes, los avances indiscriminados de las personas, que lo primero que hacen antes de construir una casa es talar los árboles, destruyen lo poco que queda para estos individuos. Por eso se los dejó de ver durante mucho tiempo”, aseguró Padilla.
Por otra parte, resaltó que volver a verlos es algo muy importante, porque nos da una premisa a todos: “para que podamos seguir viendo estos ‘bichos’ hermosos hay que mantener el arbolado de las casas, hay que respetar y cuidar los árboles. Esta es una zona crítica, que está en rojo. Ni un privado puede deforestar. Está prohibido y la gente no lo sabe”.
Qué hacer
Desde que se han vuelto a avistar en nuestras tierras hasta la fecha se registraron muy pocos individuos y por ello están en extrema vulnerabilidad, advirtió Juan Pablo Juliá, director de la Reserva San Pablo y de la de Horco Molle. Por ello -agregó- hay que cuidarlos en extremo. Donde Juliá trabaja son áreas protegidas en las que también se han divisado tucanes.
¿Cuáles son los consejos que da el especialista? Primero, no tocarlos, no molestarlos y notificarlos. “Necesitamos saber dónde hay, cómo se están distribuyendo en la provincia, para ir llevando un registro, que ya lo hacemos mediante observaciones. Pero que si se optimiza, será una información más fidedigna”, sostuvo Juliá. Para ello pueden escribir en el sitio de la Reserva San Pablo (www.uspt.edu.ar/reservasanpablo) o llamar al teléfono 0381 15-4530630.
> Los avistajes anteriores
El Tucán Grande (Ramphastos toco) se distribuye en selvas y bosques del Norte argentino, empieza a dar detalles el ornitólogo Diego Ortiz, que tiene como base publicaciones realizadas junto con Julio César Mamaní y Juan Pablo Juliá. Continúa explicando que estos ejemplares tienen dos ecotipos en Argentina, el “R. t. toco en el Noroeste, en las provincias de Salta, Jujuy y Tucumán, y el R. t. albogularis en el Noreste, en las provincias de Chaco, Formosa, Santa Fe, Corrientes y Misiones”.
En toda su área de distribución en el país -resume- es muy buscada como ave ornamental, pero también como alimento: “El comercio de pichones como mascotas conlleva una muy alta mortandad. Mientras que el comercio de ejemplares silvestres como mascotas está regulado a nivel internacional y está prohibido a nivel nacional”.
La primera mención del tucán en Tucumán -detallan los investigadores en las publicaciones- fue aportada por Miguel Lillo, a principios del siglo pasado (1905), quien comentaba que era raro en la provincia, aunque había registrado ejemplares en las localidades de Yerba Buena, Vipos y El Timbó, que hoy se corresponden con ambientes de Yungas y de Chaco.
“A principios de los 80 María Margarita Lucero se refiriere al tucán como propio de selvas, bosques abiertos y sabanas de la provincia, dando cuenta de que se trataba de una especie muy escasa. Ya a finales de los 90 la especie es dada por extinta en la provincia, responsabilizándose de esto a la pérdida de la selva pedemontana, utilizada por el tucán en sus migraciones altitudinales, como consecuencia del avance de la frontera agropecuaria”, detalla el trabajo de divulgación científica.
En 2010, el tucán vuelve a aparecer en la Sierra de San Javier y posteriormente se ven ejemplares cerca de la localidad de Villa Nougués, en la misma sierra. Más al norte, hay registros fotográficos de terceros, en la localidad de La Higuerita, y desde entonces se suman observaciones en la Reserva Experimental Horco Molle y reportes de avistajes en la localidad de San Pedro de Colalao.
> ¿Por qué regresaron?
Juan Pablo Juliá, director de la Reserva San Pablo, confesó que no se sabe por qué han vuelto los tucanes. Pero piensa que la hipótesis con más asidero es que la gente ha emigrado de las montañas, hay cada vez menos ganado (que era un factor de degradación del hábitat) y que -por lo tanto- se ha recuperado el bosque en cantidad y en calidad en algunas zonas. “Me refiero a que parte del bosque se ha recuperado. Eso está bien documentado. No hablo del piedemonte, donde se está desmontando mucho”, resaltó. Por último, añadió que la población de tucanes en Tucumán está en extrema vulnerabilidad: “hoy están, pero mañana no sabemos. Los números son pequeños”, apuntó.